Por Rocío García Olmedo
Inició el mes patrio que nos recuerda uno de los movimientos fundacionales de nuestro país que provocó cambios en el régimen de gobierno y en el sistema judicial de aquella época: la Independencia de México.
Como ha ocurrido así a lo largo de la historia nacional, desde la caída de lo que fue el régimen novohispano y sobrevino el régimen republicano bajo la Constitución federal de 1824; después un nuevo régimen se plasma en la Constitución de 1857 y el régimen que logra el triunfo después de los movimientos revolucionarios que fue plasmado en la Constitución de 1917.
Hoy nuevamente nuestro país vive cambios en su régimen político, de gobierno y en el sistema jurídico que igualmente han provocado una serie de modificaciones jurídicas.
Justo por ello me hubiera gustado que el primer informe de la primera mujer que ha ocupado la presidencia de la República Mexicana, que además tiene una popularidad muy alta que en datos actuales alcanza el 79% considerara un nuevo formato para demostrar esa diferencia -a la que se alude frecuentemente- la del “no somos iguales” de manera que este fuese un ejercicio de rendición de cuentas distinto que incluyera de inicio la explicación clara de los alcances de este nuevo régimen político, de gobierno, jurídico y del sistema judicial, como lo realizaron en diferentes contextos personajes de la historia en cada una de las etapas de la vida nacional.
Veamos: Hubiera podido en principio no solo enviar a entregar su informe al Congreso de la Unión, sino restablecer el acudir a hacerlo personalmente. Incluso retomar el volver a dar el mensaje del estado general que guarda la administración pública ante el pleno de esa soberanía conformado por las personas que son la representación de las entidades federativas (Senadurías) y quienes son la representación política de todo el país (Diputaciones federales), considerando que su partido oficial cuenta con una muy amplia mayoría en el Congreso para poder hacerlo como antes de que el expresidente Felipe Calderón reformara el artículo 69 Constitucional; de manera que después se restableciera el análisis jurídico, político, económico y social de lo presentado conocido como la glosa del informe. Claro todo tiene que ver con la construcción de acuerdos y consensos y creo que eso no mucho les gusta.
La decisión entonces fue hacerlo como siempre, el mismo formato siguiendo la liturgia establecida, con una narrativa similar a la de los anteriores presidentes. Un mensaje político frente a un público formado por personajes gubernamentales, secretarios de su gabinete, algunos empresarios e invitados selectos; dando lectura a algunos datos, cifras con contenido de verdades a medias como cuando se refiere a la jornada laboral de 40 horas que menciona en el informe que está en proceso de discusión pero en páginas posteriores menciona que ya está en marcha; o el incremento en salarios para maestros y personal médico que hasta donde sabemos no se ha realizado; o comentar que ya se resolvió el 90% del desabasto de medicinas cuando sabemos que esto no es así; o que ya no hay corrupción y tampoco nepotismo. Narrativas que no son verdades.
Sin duda hay que reconocer los programas sociales que este gobierno ha implementado; me hubiera gustado escuchar cual será el paso siguiente a partir de los resultados obtenidos por estos programas sociales para incidir realmente en la eliminación de las brechas de género y las desigualdades; y que después de la reducción de la pobreza alcanzada serán atendidas las carencias sociales: salud, educación, seguridad social, vivienda, alimentación y empleo formal; tan solo para dejar de especular que estas transferencias directas solo son clientelares.
Hay que reconocer también el cambio en la estrategia de Seguridad en el país. Escuchamos sobre la fuerte presencia militar en algunos territorios del país, pero no escuchamos hasta cuando se podrá contener y retomar el control territorial de las regiones hoy inmersas en una guerra desatada entre cárteles del narcotráfico y delincuencia organizada en la que han perdido la vida cientos de personas inocentes. Tan solo para no seguir escuchando esa narrativa estadounidense de que personajes del gobierno están coludidos con el crimen organizado. Se documenta que esta guerra tan solo en el estado de Sinaloa cumple su primer año, y no hubo un mensaje esperanzador para las familias destruidas por el fuego cruzado que ahora se extiende a todo el país.
Me hubiera gustado escuchar que en este nuevo régimen con un nuevo Sistema Judicial se hubiese dado la noticia de que habrá una estrategia de intervención urgente en las Fiscalías de los estados y la General de la República a quienes les corresponde la procuración de justicia porque desde ahí empiezan los altos índices de impunidad y la falta de acceso a la justicia en México.
Me hubiera gustado una mención a las mujeres madres buscadoras de personas desaparecidas y el planteamiento de una nueva estrategia para garantizar su protección y reducir el número de desapariciones de personas.
Me hubiera gustado escuchar un mensaje inspirador que invitara a construir diálogos desde afuera; si bien que informara el estado de las cosas, por supuesto los logros, también, los desafíos.
Me hubiera gustado una mirada diferente lejana de la que era la de los hombres de poder que gobernaron este país.
Me hubiera gustado un manejo diferente de quien es la primera mujer Presidenta en la historia nacional en esta nueva refundación de régimen, político, de gobierno, y jurídico en México.