Por Jesús Manuel Hernández
El sábado 6 de septiembre la clase política, la sociedad, los grupos empresariales de Puebla vieron debutar en la carrera por el 2030 a Liz Sánchez.
La convocatoria para presentar su informe como senadora por Puebla, acabó dando las pinceladas de un verdadero acto político para mostrarse como una pieza más en la incipiente carrera por suceder a Alejandro Armenta.
Para muchos observadores la siguiente inquilina del Palacio de Gobierno debe ser una mujer, estamos en el siglo de las mujeres y con Claudia Sheinbaum se abren caminos para fomentar su participación en la vida política del país.
La lista de mujeres poblanas en posibilidades de hacer el recorrido no es muy grande, acaso a algunas les dará para la Presidencia Municipal de la Capital o alguna diputación federal.
Pero el senado es una plataforma importante, de ahí salió el mismo Armenta, y Liz Sánchez parece haber encontrado el hilo de la madeja sin romper con los cuadros institucionales. Al margen de los logros en su gestión, los observadores pusieron atención a lo que coloquialmente se llama el “mensaje político”.
Se presentó así: “Como madre soltera y cabeza de familia, sé lo que significa luchar contra la adversidad.
Por eso hoy quiero dejar muy claro: Ninguna mujer debe enfrentar sus batallas sola; nos tenemos las unas a las otras…”
La senadora apuntaló su lealtad al gobernador, reconoció su entrega, su trabajo, y le dejó la certidumbre de ser una aliada leal y comprometida para seguir trabajando “Por Amor a Puebla”.
Y el gobernador, ante la plana mayor del Partido del Trabajo estatal y representación legislativa federal, le aceptó la oferta: “Tu labor ha sido extraordinaria, me consta porque llevas a Puebla en el Corazón y por amor a Puebla, como decimos acá, también piensas en grande”, dijo Armenta.
La ceremonia se convirtió en un debut con rumbo a la sucesión, habrá que observar los siguientes pasos de quienes se sientan con el mismo derecho, escuchar y leer y estimar los pros y los contras que al interior de Morena se darán en el mediano plazo para garantizar el triunfo electoral y la continuidad de la 4T.
Por supuesto habrá que considerar que antes del 30, está el 27, y que todo el trabajo político se debe enfocar a ese proceso.
Pero la senadora ha dejado en claro “Puebla nos necesita unidos, firmes y con rumbo claro. Ese es mi compromiso, y ese es también nuestro objetivo común: que cada poblana y cada poblano viva mejor, con justicia, bienestar y dignidad”.
Algunos organismos de cuerpos intermedios ya dieron el paso para dejar llegar a una mujer.
Y por lo visto, leído y escuchado, hay una fuerte corriente en los cuadros políticos, sociales y empresariales de que ha llegado el momento de una mujer, “de abrir caminos y de escribir la historia”.
O por lo menos, así me lo parece.
