28-07-2025 08:33:44 AM

Grilla eclesiástica

Por Jesús Manuel Hernández

 

Al interior de la curia poblana se vienen documentando algunos asuntos en relación con la proximidad de la designación del sucesor de Don Víctor Sánchez Espinosa, Arzobispo de Puebla.

Hay un común denominador en la apreciación y responde a una pregunta: ¿Debe ser alguien conocido por los sacerdotes y seglares de la región o alguien ajeno?

Y documentan sus dichos por la presencia en medios periodísticos y redes sociales de uno de los aspirantes, quizá candidato al puesto.

De unos meses a la fecha la presencia en columnas periodísticas, de buena fe, es de imaginarse, se documenta la actividad de Monseñor Eugenio Lira Rugarcía, actual Obispo de la Diócesis de Matamoros, Tamaulipas.

Fotografías y convocatorias del conocido “Padre Lira”, recientemente cumplió 60 años, se muestran constantemente y eso ayuda a la especulación de su regreso a Puebla.

Para nadie es desconocida la relación de Lira con el cardenal Christophe Pierre a quien trató entre 2007 y 2016, cuando fue Nuncio Apostólico en México y quien se convirtió en su principal apoyo para organizar el área de comunicación del Episcopado Mexicano en la visita del Papa Francisco, dada su experiencia en el tema del trato con medios de comunicación en el Arzobispado de Rosendo Huesca, quien le dio el cargo a fin de que pudiera quedarse a vivir en Puebla por el estado de salud de su mamá.

El Padre Lira se convirtió en un personaje mediático y su influencia creció ante la causa de canonización de Don Juan de Palafox y Mendoza; su trato con personajes de España, eclesiásticos y políticos, lo ubicó muy bien en el contexto de la ceremonia de beatificación.

Pero algo sucedió en la relación con la estructura de la Iglesia en Puebla que lo alejó.

Para empezar los obispos manifestaron su descontento por la forma como fue organizada la visita del Papa Francisco, donde los “amigos” de Lira tuvieron privilegios y sitios envidiables en las reuniones privadas.

Efectivamente Monseñor Lira Rugarcía fue pieza clave para que directores de medios, dueños de radiodifusoras y columnistas, tuvieran lugares de privilegio en las reuniones, lo que obligó a la crítica de los obispos.

Su protector Christophe Pierre le consiguió la designación en el obispado de Matamoros, donde permanece a la fecha y desde donde intenta regresar a Puebla.

El escenario permite a algunos de los implicados en el tema a preguntarse si el camino para llegar a ser el sucesor del Beato Juan de Palafox y Mendoza sean las redes sociales y la promoción en los medios, un asunto complicado para el Vaticano.

Es de suponerse que las consultas se han iniciado y que en poco tiempo el Papa designe al nuevo arzobispo de Puebla.

Muchos sacerdotes de la arquidiócesis muestran preocupación por el regreso de Lira y ponderan que la designación se tome al margen de la publicitación mediática.

En fin. Hace muchos años, el entonces Padre Lira, responsable de la comunicación de la Arquidiócesis de Puebla tuvo la oportunidad de visitar el convento carmelita donde vivió Palafox, y donde se guardan algunas pertenencias, ropa, sandalias del hoy beato, y pidió permiso de probarse las sandalias y expresó a las monjas “si me vienen”.

La anécdota se hizo popular entre los seguidores de Palafox, barbado en su tiempo, y así explicaban que don Eugenio también se haya dejado la barba al estilo de don Juan.

En fin, veremos si los medios locales pueden patrocinar la designación del nuevo arzobispo o las consultas revelarán la mejor conveniencia, por así decirlo, cuando aparezcan misiones ocultas ante el Vaticano, del famoso Padre Lira.

Ahora bien, lo de la filetata, es otro asunto.

O por lo menos, así me lo parece.

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