Por Jesús Manuel Hernández
Cada vez son más las manifestaciones simbólicas y prácticas que vienen a demostrar que el viejo PRI era un modelo idealizado por los seguidores del Nacionalismo Revolucionario, y que funcionó perfectamente hasta la llegada de los “neoliberales” que tomaron, cooptaron, al partido y lo llevaron al despeñadero.
Cada vez Morena se parece más a ese PRI preneoliberal, ese donde militaron Andrés Manuel, Bartlett, Cuauhtémoc y muchos otros que conformaron un partido con una fuerte base territorial a través de los llamados “comités seccionales”, el primer nivel del partido, la base de la estructura desde donde se operaban las campañas y la organización electoral, esos comités fueron clave en el éxito de “presentar” a los candidatos desconocidos, introducirlos en el distrito donde desde las alturas habían decidido que fueran candidatos.
El verdadero trabajo lo hacían los seccionales.
Muchas anécdotas se podrían contar para justificar la afirmación anterior.
Una de ellas, el famoso “Seccional 30 Bis”, inventado por el entonces delegado del CEN del PRI, Julio Bobadilla Peña, quien alentó al entonces abogado y radiodifusor, Rafael Cañedo Benítez, a empezar a labrar su campaña para buscar posición electoral.
El Seccional 30, correspondiente al Distrito XI Federal no tenía representantes de los fraccionamientos aledaños a Casa Puebla, y las secciones de Rincón del Bosque.
En una cena en la casa de Rafael, vivía ahí, se armó la estrategia y el PRI nombró a Rafael Cañedo Benítez Presidente del Seccional 30 Bis, con lo cual, se inició su carrera política. Eran vecinos políticos de la talla de Miguel Quirós Pérez y algunos notables empresarios.
Morena ahora autoriza la creación de 71 mil 541 comités seccionales, igual que el viejo PRI, desde donde operarán los 357 mil 705 operadores, que buscarán llegar a los 10 millones de afiliados del movimiento iniciado por AMLO.
Mismas estrategias, la misma gata pero revolcada, dirían los observadores al leer los nombres de los responsables en “operar”.
Al fin y al cabo el PRI no era tan malo, y la mejor prueba es que Morena lo replica y con mejoras.
O por lo menos, así me lo parece.
