25-03-2025 03:39:59 PM

Cuando los estudiantes despiertan

Por Jesús Manuel Hernández

 

Apenas el pasado 5 de marzo se cumplieron cinco años de la manifestación estudiantil más numerosa jamás registrada en la historia de Puebla. 80 instituciones académicas encabezadas por la BUAP y la UPAEP se unieron, sin convocatoria partidista, para protestar por el asesinato de tres estudiantes de medicina en la región de Huejotzingo.

El gobierno de Miguel Barbosa menospreció en un inicio las protestas estudiantiles y cuando se efectuó la marcha descalificó a los contingentes que superaron los 120 mil marchistas, reduciéndolos a 60 mil según las versiones oficiosas de Casa Aguayo.

Para lo sociedad poblana con memoria, las marchas estudiantiles con causas sociales, constituyen históricamente la punta del iceberg de lo que está pasando al interior de las instituciones académicas, en especial de la UAP, luego BUAP.

La pandemia fue el muro de contención, no gubernamental, para frenar el crecimiento hace 5 años de las protestas estudiantiles.

Quizá por eso, algunos analistas, observadores o actores, se alarmaron ante los paros estudiantiles en medicina de la BUAP, seguidos por otras escuelas, dejando en evidencia problemas cotidianos que tuvieron un enfoque político.

Es evidente que la universidad representa una fuerza de pensamientos, ideologías, quizá a últimas fechas, ajenas a los partidos, pero no siempre a los grupos de poder.

Para nadie es desconocido que algunos exrectores siguen teniendo intereses dentro de la institución, que hay personas colocadas, infiltradas, o cuya posición es derivada de la negociación con la líder actual y que algunos de ellos, ajenos a la fortaleza que da el manejo del presupuesto, quisieran volver a tener el poder que dejaron ir.

Algunos actores dejaron ver en sus actitudes que la Rectora Cedillo no se podrá reelegir, y fundamentan su dicho en que los grupos de poder actuales, quieren influir en la sucesión de la BUAP, un tema, bien delicado, origen de muchos tropiezos en el pasado, que derivaron en verdaderas rebeliones.

Quizá por eso valga la pena recordar alguna anécdota de don Alfredo Toxqui, el gobernador que desde la frase “cancelar odios y rencores” no cayó nunca en la trampa de revivir los movimientos estudiantiles de Fuas y Carolinos, como le plantearon ante el secuestro de unidades de transporte que derivó en el “paro empresarial” de Puebla, auspiciado por aquellas épocas por las principales cámaras de la iniciativa privada, algunos de sus líderes después ocuparon cargos de funcionarios públicos en los siguientes sexenios.

Don Alfredo evadió el tema de volver a la confrontación con una frase “no hay que sudar calenturas ajenas”.

Y por lo visto los escenarios se advierten repetibles, o por lo menos, así me lo parece.

About The Author

Related posts