21-02-2025 02:38:08 PM

Riestra: que viva la incongruencia

Por Valentín Varillas

 

Tiene toda la razón el nuevo líder estatal del PAN, cuando hace pública su indignación ante algunos gastos faraónicos y superfluos que ha llevado a cabo el gobierno federal, cuando siguen existiendo rezagos importantes en sectores básicos como el de la salud.

A través de un mensaje en X, hizo referencia a una nota que trascendió en varios medios hace un par de días, en donde se demuestra que seis dependencias han destinado más de 58 millones de pesos en la compra de “alimentos gourmet” para sus comedores institucionales.

Entre ellos: pato, pulpo, ribeye, almejas, anchoas, atún importado y jamón serrano.

Una auténtica mentada de madre, otra, a aquel hipócrita concepto de la austeridad republicana, que tanto venden en el discurso los gobiernos emanados de la 4T.

Qué lástima que Riestra no mostró el mismo coraje cuando se dio a conocer que el gobierno municipal de la capital, el del panista Eduardo Rivera, destinó 35 millones de pesos de las arcas de la ciudad para adquirir tortas, sándwiches y hamburguesas -los famosos box lunch- en tan sólo 10 meses.

De esta manera y de acuerdo al precio promedio del mercado, cada uno de los 10 mil trabajadores del ayuntamiento tendría que haber recibido, en ese plazo, 31.8 de esos box lunch.

De locos.

Una estrategia idéntica ensayó el edil sustituto Adán Domínguez, quien en los últimos 44 días de la anterior administración, se gastó más de 5 millones de pesos por el mismo concepto, para alimentar a policías municipales.

Esto representa un 76% más de lo que se destinó en promedio para este fin, en los dos años 10 meses y 26 días anteriores.

Todo esto, mientras la ciudad se caía en pedazos.

Con enormes pendientes en materia de bacheo, servicios y seguridad pública.

Por un tema de lógica elemental y ya que le llaman tanto la atención estos temas, Riestra tendría que haber fijado una postura pública y muy crítica al respecto.

Como ahora lo hace y con toda razón, ante los excesos del gobierno de Claudia Sheinbaum.

Es más, le quedaría pintado el traje de estadista si hubiera hecho referencia a semejante dispendio cuando era candidato a la presidencia municipal y hacía campaña de la mano de Rivera Pérez.

Que en lugar de haber andado juntos pidiendo el voto, vendiendo un discurso lleno de adulaciones mutuas, lo hubiera cuestionado y enfrentado por haber traicionado el compromiso de priorizar el gasto público en las necesidades ciudadanas, en vez de haberlo desviado a través de este tipo de operaciones.

La que se habría armado, de tener el valor de haberle plantado cara a Lalito en plena coyuntura electoral

Pero en los hechos, resulta mejor no desgastarse imaginando imposibles.

Si hubiera actuado con la mínima congruencia, estaríamos hablando de alguien más, de otra persona, no del Mario Riestra de siempre.

Ejemplos sobran.

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