Por Valentín Varillas
El proyecto de Ciudad Modelo nació chueco.
Alrededor de su génesis, imperaron una cantidad importante de irregularidades y actos de corrupción.
Esto se dio desde los procesos de adquisición de la tierra.
Manipulación de leyes y asambleas ejidales que tenían como objetivo primordial engañar a los propietarios de la tierra y hacerse con cerca de mil 700 hectáreas que pusieron a disposición de Audi, como poderoso incentivo para que se instalara en el estado.
Luego, el uso tramposo de información privilegiada para que personajes cercanos al entonces gobernador Moreno Valle, se hicieran en lo personal de una inmensa reserva territorial, que en teoría tenía garantizada una muy atractiva plusvalía en el corto plazo.
Después, la aberración legislativa que hizo pedazos el artículo 115 constitucional, comprometiendo por tres décadas los recursos de los 5 municipios integrados en el proyecto, quitándoles además facultades elementales como el cobro de impuestos, la prestación de servicios o el otorgamiento de permisos.
La construcción de la plataforma Audi, no estuvo ajena a irregularidades y actos de corrupción.
El proyecto fue parte de aquellos PPS que endeudaron por décadas las finanzas públicas estatales.
Su monto fue originalmente calculado en poco más de mil 800 millones de pesos, pero incluyó modificaciones al alza por arriba de cinco mil.
En su realización, se autorizaron compras de materiales y pagos por concepto de mano de obra por arriba del 240%, de acuerdo con el costo comercial promedio en el mercado en aquella época.
El gobierno de Moreno Valle invirtió además 17 mil millones de pesos para darle forma a una megalópolis que acercaría todo tipo de servicios a los trabajadores de la planta alemana.
Se generó infraestructura educativa, comercial, habitacional y demás.
Al final, lo que iba a convertirse en un dinámico y atractivo polo de inversión productiva, terminó siendo un auténtico pueblo fantasma.
Y así pasaron los años.
Con miles de millones del erario tirados a la basura.
Al final del sexenio anterior, el primer esbozo de rescate de Ciudad Modelo se dio con la llegada del Centro de Innovación e Integración de Tecnologías Avanzadas (CIITA) del Instituto Politécnico Nacional.
Apenas hace un par de días, el gobernador Armenta propuso a Ciudad Modelo como sede para armar el automóvil eléctrico Olinia, contemplado por el gobierno federal dentro del Plan México.
De esta manera, se cumpliría en un primer momento, con el objetivo del CIITA de vincular a la academia con el sector productivo nacional.
Empata perfectamente también con la intención del gobierno del estado de convertir a Ciudad Modelo en “la capital de la tecnología en Puebla”.
De esta manera, únicamente, podrían empezar a revertirse el quebranto económico causado por destinar millonarios recursos públicos a obras y proyectos inservibles, que financieramente resultaron un auténtico y rotundo fracaso.
