A partir de su derrota en las urnas, los adversarios del oficialismo no dan una.
Fueron repudiados demoledoramente en las urnas y su apuesta porque al nuevo gobierno federal le vaya mal, se ve más que fallida.
Tuvieron un pésimo inicio de año.
Es más, peor imposible.
Se les atragantaron todas las encuestas que ponen a Claudia Sheinbaum con una aprobación promedio cercana al 80%.
La de ayer, publicada por el diario El País, fue la cereza del pastel.
Creían que el evento público con motivo de los cien días de arranque de la actual administración iba a fracasar rotundamente.
No fue así.
En respuesta, desempeño, discurso y espacio en medios de comunicación y manejo en redes sociales, fue mucho mejor de lo que se esperaba.
Muy poca materia prima encontraron para alimentar sus críticas y descalificaciones.
Hace un par de días, la pasaron también muy mal.
La presentación del Plan México les sentó del carajo.
La respuesta de lo más granado del mundo empresarial nacional a la convocatoria de la presidenta, los indigestó.
Se volvieron locos cuando notaron la presencia entusiasta en el evento de Claudio X. González.
El auténtico y verdadero empresario, responsable único de haber establecido sus empresas en el país, generado empleos y aportando por décadas al fortalecimiento de la vida económica de México.
El grillo fallido de su retoño, quien en sus sueños de grandeza imaginó ser aquel intelectual orgánico que con dinero y movilización revertiría la voluntad popular, se quedó en su casa.
No les ha de haber caído nada bien el mensaje que, después del encuentro con Claudia Sheinbaum, emitió el Consejo Coordinador Empresarial a través de sus redes sociales.
Ese que textual, establecía lo siguiente: “ Desde el Sector Empresarial, felicitamos a la Pdta. Claudia Sheinbaum y a todo su equipo por esta estrategia, a la que la iniciativa privada se suma para seguir apostando por nuestro país, consolidándolo como líder en las cadenas globales. Juntos, construimos un México más fuerte y con oportunidades para todos.”
Estas líneas son simbólicas y van más allá de lo que marcan los protocolos elementales de la cortesía política.
Vienen de una instancia que históricamente ha sido cooptada por la derecha mexicana.
Semillero de candidaturas y proyectos políticos avalados por el PAN, desde hace décadas y en todo el país.
Por eso, el espaldarazo resulta demoledor.
Pero eso no es todo.
Cuando los eternos críticos presagiaban con más entusiasmo el fracaso del Plan, en lo que a atracción de inversiones se refiere, se anuncia que Amazon Web invertirá 5 mil millones de dólares en el país, generando 7 mil nuevos empleos en Querétaro.
De verdad: no dan una.
Para colmo, el periodista Ciro Gómez Leyva, encumbrado por ellos mismos como el arquetipo ideal del periodista crítico e independiente por excelencia, les dedica una columna que los hace pedazos.
Publica en Excélsior: “Pues cien días después la oposición política luce aún más desinflada, derrotada. Para efectos decisivos no cuenta, no pinta, no existe”.
Y agrega: “No ha podido abrir un solo debate digno de llamar la atención. No ha creado un discurso. No ha perfilado, no se diga producido, un personaje, uno”.
Es evidente que tienen razones de sobra para andar desquiciados.
Para radicalizarse de tal manera que han perdido toda congruencia.
Y es que, nada les sale.
Siguen viviendo en su propio mundo, en su quimera, esperando que la realidad se ajuste a su muy limitada visión, a sus objetivos personales y a sus intereses políticos.
Y créame, no se dan cuenta que por ahí no va.
