07-09-2024 07:19:01 PM

La Venezuela, modelo 4T

Por Valentín Varillas

Al cierre de 2023, la inversión productiva en México alcanzó un máximo histórico: 6.22 billones de pesos.

De ellos, 5.52 billones corresponden a inversión privada.

Empresarios de todo tipo que, con su capital, detonan los más variados proyectos productivos.

Las cifras no son poca cosa, se trata, ni más ni menos de la principal fuente de crecimiento del país: 4.2 puntos porcentuales.

Estos niveles de inversión superan el umbral del 24%  del PIB, nivel que se considera como “adecuado” para obtener una tasa de crecimiento sostenida.

En el primer trimestre de este 2024, la inversión extranjera directa rompió también un récord histórico: 20 mil 313 millones de dólares, lo que representa un 9% más que el año anterior.

Capital que empresarios extranjeros destinan para el desarrollo de proyectos productivos a mediano y largo plazo.

Nada que ver con el famoso “capital golondrino”; aquel que busca únicamente un diferencial positivo en la tasa de interés.

Puebla ocupa el cuarto lugar nacional en captación de este tipo de inversión: un total de 2 mil 646 millones de dólares en los primeros seis meses del 2024.

En el primer bimestre de este año, México se afianzó como el principal socio comercial de los Estados Unidos al alcanzar una cifra récord en exportaciones a ese país: 78 mil 287 millones de dólares.

Un 7.7% más con respecto al 2023.

Po su parte, en ese mismo período, las importaciones de productos gringos a México sumaron 53 mil 264 millones de dólares; un 2% más que el año pasado.

En el balance total, las cifras arrojan que existe un superávit de 25 mil millones a favor de nuestro país.

Nada mal.

Un escenario muy distinto al que adelantaron los agoreros del desastre y sus campañas del miedo.

Esas que equiparaban la llegada de la 4T con el establecimiento del comunismo en nuestro país.

Las que igualaban el modelo económico que se ha implementado, a la realidad venezolana o cubana.

Gastaron cientos de millones en financiar spots publicitarios vendiendo una inminente catástrofe financiera nacional.

Erraron.

De plano no le atinaron.

Y a pesar de la contundencia de estos indicadores, decidieron repetir la receta antes, durante y después de la coyuntura electoral de este año.

Juran que ahora sí, a pesar de todas las evidencias, no van a errar en sus pronósticos.

Pobres.

Siguen pretendiendo que la realidad se ajuste a sus convenencieros análisis y no al revés.

Así les va a ir…otra vez.

 

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