22-11-2024 04:54:04 AM

El modelo criminal

Por Valentín Varillas

Los niños y jóvenes en México quieren ser criminales.

Se trata, de acuerdo con un estudio publicado por El Universal, de una de las vocaciones más arraigadas en 10 estados del país, incluyendo Puebla.

En estas entidades, células de grupos delincuenciales han instalado auténticos centros de reclutamiento.

De ese tamaño es la demanda.

En el 2023, según el reportaje, 133 mil 297 de ellos pasaron a formar parte de la delincuencia

Y cómo no, con delitos como el huachicol que dañan irremediablemente el tejido social y que de paso les venden a nuestras nuevas generaciones el espejismo de una vida llena de lujos y excesos.

Y sin “mayor esfuerzo” sólo jugarse la vida o en el caso menos probable, la libertad.

En los municipios del llamado Círculo Rojo, menores de edad se embolsan hasta 5 mil pesos semanales por servirle a las mafias dueñas de la ordeña de ductos de Pemex.

A cambio de vigilar las entradas y salidas de sus comunidades y reportar, vía mensaje de celular, cualquier movimiento sospechoso.

Nada más, pero nada menos.

Consecuencias de la gran derrama económica que ha dejado el ilícito.

Las ganancias son tales, que la vocación rural de estos territorios ha quedado en el olvido.

Hoy ordeñan y venden, ya no siembran ni cosechan.

Y hacen lo posible por mantener esta realidad a rajatabla.

Prefieren arriesgar la vida antes que regresar a la pobreza.

De ahí que esconden, protegen y permiten la integración de criminales en todos los ámbitos de su esfera social.

Hasta se cuelan como candidatos para disfrutar, además, de protección institucional.

El tema no es menor.

El que niños y jóvenes tengan ingresos superiores a los de profesionistas con experiencia laboral, ha cambiado inclusive la correlación de fuerzas en el ámbito familiar.

Con el dinero que aportan, son ellos los que se han convertido en las figuras de autoridad en su microcosmos, haciendo pedazos las siempre deseables jerarquías.

Hasta ahí ha hecho metástasis este maligno cáncer.

Criminales que gastan a manos llenas, que se adornan con las joyas y autos más caros, que viven una aparente vida de ensueño, se han convertido en los modelos de mayor influencia para cientos de miles de jóvenes en todo el país.

No, el futuro no luce nada bien para nosotros.

Y lo que nos falta por ver.

¿Qué político, candidato o partido le entra al tema?

¿Quién dice “yo” para pelear con semejante monstruo?

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