Por Jesús Manuel Hernández
El proceso de selección de candidatos a diputados y presidentes municipales de Morena fue retrasado intencionalmente, el truco más simple fue para “afinar” las encuestas donde los nombres tendrían que ser acomodados. Eso dijeron.
En el fondo la verdadera decisión obedeció al riesgo de que los nombres de quienes no se vieran favorecidos migraran a otro partido político y se convirtieran en una verdadero riesgo para el control de daños.
Esta decisión estaría seguida de la coloquialmente llamada “operación cicatriz”, cuyos ejecutores no han tenido muy buena suerte, menos cuando desde la figura con bastón de mando e investidura presidencial salen palabras que forman discursos poco agradables a los llamados “fundadores” de Morena.
Sheinbaum estuvo en Tehuacán y las quejas brotaron como el agua de los manantiales hoy explotados por trasnacionales.
Hay inconformidades no sólo en Tehuacán, en otros municipios recorridos por Sheinbaum, quien quizá no haya sido informada del verdadero descontento por las “imposiciones”, por los “manotazos” sobre la mesa, por las mantas y carteles de protesta.
Por eso cobró fuerza el mensaje de Sheinbaum en Tehuacán, “hay fundadores que no ganan encuestas”, pronunciadas frente a Nacho Mier, sin duda fundador, “y otros compañeros que se sumaron hace 6 años o 3 y si las ganan”, Armenta se sumó después que su primo.
Muchos interpretaron que el mensaje fue contra Nacho, otros lo dirigieron a un universo más amplio.
El caso es que Sheinbaum necesita del voto de los poblanos para ganar la presidencia, hay varios estados que van a contribuir en el activo más sustancial para obtener los votos necesarios.
Curiosamente Armenta se comprometió a aportar 2 millones de votos y las cuentas no le acaban de “cuadrar”.
Sus enemigos se burlaron de él cuando hizo la oferta y le rascaron por todos los archivos electorales del pasado para descubrir de dónde saldría tal cantidad.
Pero Armenta se hizo del compromiso y tendrá que rescatar su palabra con los hechos.
Melquíades Morales tenía una frase aplicable al escenario, decía que su papá la repetía de vez en cuando: “no hagas cuentas con yeguas preñadas”.
Evidentemente Armenta necesita de todos los recursos a la mano para sumar los 2 millones, quizá ahí radique una buena parte de las razones de haber acercardo activos de otros partidos que tienen o podrían tener una buena cuota de votos y ahí surgen los nombres incómodos para el obradorismo nato, esos que se manifestaron frente a Sheinbaum, esos que se sienten desplazados y que los contrarios, andan cazando a como dé lugar.
Vistas las cosas así, Morena no necesita precisamente de una operación cicatriz, más bien debe recurrir a desenterrar a los viejos sastres poblanos esos que hilaban fino, que cosían las entretelas, que no las pegaban con telas térmicas, esos artesanos de la costura sabían hacer lo que hoy día es muy difícil de encontrar: “el zurcido invisible”.
Y sí, Armenta necesita dos millones de votos y practicar el zurcido invisible entre los afiliados de Morena para evitar el riesgo no de una desbanda, más bien de una operación interna que acabe perjudicando a Pepe Chedraui en Puebla.
O por lo menos, así me lo parece.
