Por Alejandro Mondragón
La encuesta morenista puso a todos, todas y todes en su lugar.
Los originarios, fundadoras y mujeres que se registraron a todas, tampoco pudieron ganar.
Un caso de estudio es la exalcaldesa Claudia Rivera Vivanco. Quiso ser gobernadora y no le tocó.
Pretendió ir por el Senado, tampoco fue.
Se registro para la alcaldía de Puebla y, en la ciudad que gobernó, menos la aceptaron. Hasta ellas prefirieron a un hombre, antes que a la Claudia.
Eso sí, con los suyos en redes machacó una y otra que nadie iba a despojar a las fundadoras de lo que les pertenecía de sangre.
Lanzó guerras de mierda contra quienes pidieron participar sin ser de Morena y anexas. Al final, Rivera Vivanco perdió.
¿Hasta dónde alcanzó su dignidad política?
Cuentan los que saben que hasta el mercado de Tepeaca. De no ser por la generosidad del gobernador se queda sin nada, lo que en verdad se merece.
Siempre vendió ser la más joven y a la vez más experta, sumisa por condición más independiente por opinión, guerrera, luchona y, finalmente quiso todo y se quedó sin nada.
Inexplicable que en la ciudad que gobernó no haya obtenido ni una regiduría. Su ambición fue desmedida.
Es capaz que como candidata a diputada federal impugne la encuesta por la alcaldía y reclame que tocaba mujer, aunque ella haya sido la candidata en las dos anteriores elecciones (2018 y 2021)
El único que hoy todavía le da cuerda es el candidato Alejandro Armenta, peeeero ¿a quién no?
Rivera Vivanco tendrá que ir a conocer Tepeaca, sus calles, su mercado, el zócalo, al niño doctor, a pobladores que tampoco le brindarán un día de campo.
Ahí construirá su colonia, Vivancolandia, para seguir con sus mentiras por sistema y martirizarse como la mujer que todos temen. Sí, es neta.
También hay que decirlo que la dignidad política de Alejandro Carvajal, ooootro de los que se flagelaron como fundadores, también alcanzó para buscar otra vez ganar por el distrito 6 en Puebla capital.
Así su tamaño político.