Por Alejandro Mondragón
El gobernador Sergio Salomón atajó ayer a quienes provocan enfrentamientos o echan gasolina a problemas citadinos para que arda Puebla.
“Se quedarán con las ganas de otro Chalchihuapan”, advirtió.
Si alguna herida se encuentra abierta, está en esa población criminalizada por gobiernos panistas, cuyos habitantes fueron agredidos y perseguidos desde el poder.
Ni duda cabe que sectores al interior del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano apuestan por generar condiciones de ingobernabilidad, de cara a las elecciones del 2 de junio.
Esa oposición que tiene, precisamente, a quienes apostaron por torcer la realidad en Chalchihuapan en sus equipos de campaña. Ahí están los morenovallistas Max Cortázar, vocero de Xóchitl Gálvez; y Sagrario Conde con Mario Riestra.
O el mismo equipo de Fernando Morales que en Exclusiva bombardea con bots y trolls las redes sociales para acusar al gobierno de no atender la problemática vial en la Atlixcáyotl.
Pero también se nota la mano de seguidores de aspirantes a la alcaldía poblana que sacan raja política.
A diferencia de otros gobernadores, Sergio Salomón ha tendido puentes con todos los sectores. No importa colores ni filias partidistas.
Los alcaldes de oposición son testigos de la entrega de recursos para obras y apoyos en seguridad.
A la oposición se le olvidó que Salomón Céspedes puso en marcha inversiones por más de 300 millones de pesos, en materia de vialidad para la Central de Abasto, aunque Eduardo Rivera ya se había destapado con candidato a la gubernatura. Fobia, cero.
Sin embargo, las épocas electorales suelen convertirse en temporada de canallas para llevar agua a su molino.
No importa que, por vez primera, haya un gobernador que respeta a todos los actores políticos, económicos y sociales.
En la oposición hay quien reclama sangre y convertir a cualquiera en martir.
Lo grave es que haya aún ciudadanos/as que crean que los opositores a la Cuarta Transformación enarbolan sus demandas, pese a que siempre los utilizan para quedarse con los primeros lugares de las candidaturas y las segundas entregarlas a familiares y compadres.