08-05-2024 07:53:33 PM

La verdadera incongruencia de Morena

Por Valentín Varillas 

 

Abrirle espacios a perfiles de otros partidos en el reparto de candidaturas de Morena no es para nada una incongruencia, aunque el más elemental y básico de los análisis indique lo contrario. 

Lo que sería abiertamente un acto contrario a la estrategia electoral diseñada por el propio presidente López Obrador y sus operadores, sería cerrarles la puerta. 

El mensaje ha sido claro: hay que ganar como sea y con quienes sean. 

Vengan de donde vengan. 

Y es que, en los hechos, más allá del signo político que marcó su pasado, en el presente muchos de ellos representan la única posibilidad real de asegurar los triunfos del partido, en varios cargos que estarán en juego en todo el país. 

Puebla es un claro ejemplo de lo anterior. 

Alejandro Armenta fue electo como virtual candidato a la gubernatura porque sin duda maximiza los votos para el oficialismo en la contienda de junio próximo. 

No pesaron más los cargos, las alianzas, los puestos, o las lealtades de antaño. 

 

 

Y la misma lógica, idéntica, tendrá que ser aplicada en los criterios de selección del resto de los candidatos.

De todos, absolutamente todos los cargos que estarán en juego.

Quienes apelan todavía al derecho de sangre por encima de los estrictos criterios de rentabilidad electoral, no entienden los recurrentes mensajes que en decenas de mañaneras manda el dueño de la franquicia. 

El que está obsesionado no sólo con que su movimiento repita en Palacio Nacional, sino que conserve a sangre y fuego las gubernaturas que ya tiene, además de que sueña con lograr la tan anhelada aplanadora legislativa que le permita a los suyos, hacer y deshacer a placer el entramado legal e institucional del país. 

Por eso, deben de ir los más capaces al momento de obtener votos contantes y sonantes en las urnas. 

Los únicos que definen ganadores y perdedores en una contienda.   

Lo demás, en términos de política real, resulta ser burda filigrana. 

Discursos huecos y frases hechas que usan para martirizarse apelando a conceptos tan ambiguos en los hechos como la supuesta congruencia ideológica, el privilegio de casta y otros más que no tienen la menor incidencia en la decisión del ciudadano sobre qué opción marcar en la boleta. 

López Obrador ha sido el más pragmático de todos al momento de tejer fino en la actual coyuntura electoral. 

Sabe que sólo así obtendrá lo que quiere. 

Y si alguien sabe de cómo ganar elecciones y concentrar poder es él. 

Si a los opositores les ha quedado más que claro entrando a los últimos 9 meses y medio del actual sexenio, parece increíble que los de casa todavía no lo comprendan. 

Peor para ellos. 

Entre más se tarden en asimilarlo, más les dolerá el madrazo final. 

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