05-05-2024 08:00:04 AM

Hostigamiento telefónico: cómo chingan

Por Valentín Varillas

 

El asedio ha sido como nunca: intenso. 

Es más, raya en lo obsesivo. 

Llamadas a líneas fijas o teléfonos celulares, además de todo tipo de mensajes vía SMS o WhatsApp. 

Cualquier día, inclusive fines de semana y por supuesto: en cualquier horario. 

Madrugadas incluidas, faltaba más. 

Todos ellos, con una burda propaganda de tipo político-electoral. 

Desde hace muchos años se hace esto, pero en éste, todo inició con el proceso interno de Morena para seleccionar a su candidato a gobernador. 

Mier, Armenta Huerta y demás, saturaron a los poblanos, en sus números privados, con una burda propaganda que pretendía vender los beneficios de sus respectivos proyectos. 

Inclusive, un par de días después de que el partido ungió a su inminente abanderado, la misma estrategia se utilizó para golpear a Mier. 

Para vender que sería un factor de división y fractura   

Luego, el acalde de Puebla en el marco de su más reciente informe. 

Lo mismo. 

Llamadas y llamadas con grabaciones que nos explicaban el por qué el panista ha hecho un gran gobierno. 

La misma intensidad y molestias. 

Ahora, son los aspirantes a la candidatura de San Andrés Cholula los que ya empezaron a joder, replicando al pie de la letra el modelo. 

No sé usted, pero yo como respuesta a cada una de estas comunicaciones, entono o tecleo una clara y contundente mentada de madre. 

Una auténtica y muy liberadora catarsis. 

Ya sé que nadie me oye, que no sirve para nada, pero para mí tiene una enorme y personalísima contribución. 

Imagino miles de reacciones similares. 

No sé por qué los estrategas y genios que asesoran a quienes tienen la intención de participar en un proceso electoral, no toman en cuenta la unánime respuesta negativa de los ciudadanos, cuando de por sí somos molestados todo el tiempo por bancos, financieras, aseguradoras, empresas de telefonía, tiendas departamentales y demás. 

Lo que más preocupa es el hecho de que quienes quieren llegar a puestos claves en la política o el servicio público, estén dispuestos a cometer un delito con tal de que sus mensajes sean distribuidos de esta bizarra forma. 

Simplemente porque están recurriendo a un ilícito mercado negro de venta de datos personales y llegar así a un mayor número de votantes potenciales. 

Usan los servicios de los famosos “call centers” para operarlo. 

También llevan a cabo estrategias similares, las bandas de la delincuencia organizada dedicadas al robo de identidad, la extorsión y el secuestro. 

Sin embargo, en el caso de partidos y candidatos me parece gravísimo. 

Aunque se trate de una práctica común. 

Ellos tendrían que ser los primero en poner el ejemplo en términos de respeto a la Ley de Protección de Datos Personales. 

El que se promuevan a través de una actividad ilícita y contraten a criminales que mediante diversas prácticas y tecnologías se hacen de este tipo de información, es un penoso adelanto de lo que nos espera si llegan a un cargo público. 

El que sea: de cualquier nivel y jerarquía. 

Si esto hacen en campaña ¿qué no estarán dispuestos a hacer en el poder?    

Al haber tantas y tantas posiciones en juego, esto se se va a poner peor: mucho peor. 

Ya lo verá. 

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