02-05-2024 06:08:12 AM

Romper lo que ya está roto.

Por Valentín Varillas

 

En Puebla no existe el llamado Frente Opositor.

Por más posicionamientos conjuntos, firma de acuerdos o supuestos compromisos, lo real es que el tricolor poblano ha ido mutando descaradamente hacia el color guinda.

El descaro es ya total.

Algunos liderazgos priistas insertados en posiciones importantes de gobierno.

Otros más, operando abiertamente desde hace meses a favor de los proyectos de los precandidatos del oficialismo.

Públicas fueron sus reuniones, encuentros o asistencias a los eventos públicos que llevaron a cabo.

Ahora, con la designación de Alejandro Armenta como virtual abanderado, esta realidad se ha acentuado todavía mucho más.

El priismo poblano festeja sin pudor alguno su victoria.

Los Estefan, Lastiri y demás, ya se mueven inclusive para perfilar y ofrecer cargos en el próximo sexenio.

En una administración emanada del Movimiento de Regeneración Nacional.

No del PRI.

El hilo se romperá en unos días más, cuando se acerque el momento de las definiciones en lo que a las principales alcaldías se refiere.

Sobre todo en el caso de Puebla capital.

Este será el auténtico punto de quiebre, aunque en los hechos, la relación entre opositores lleva 11 meses quebrada.

No se pondrán de acuerdo en términos de a quién llevar como candidato, simple y sencillamente porque tienen intereses distintos.

Quienes realmente llevan las riendas del Revolucionario Institucional buscarán infiltrar a Pepe Chedraui en la 4T poblana.

Claro, con la venia y total apoyo oficial.

Es su única apuesta real de seguir ganando posiciones en la política poblana.

Competir bajo las siglas de otro partido porque sin el apoyo de la estructura oficial, no tienen la mínima posibilidad siquiera de ser competitivos.

No hay forma.

Ni de chiste.

A la par, mandarán algún candidato propio que, con el apoyo de lo que quede de sus operadores, más lo que por debajo del agua ayude sume la cargada oficial, pudiera dividir el voto opositor y tener alguna oportunidad de hacerse de una entidad que de antemano se da por perdida.

Ahí están siempre dóciles, alfiles como Blanca Alcalá, Enrique Doger, o algún otro con experiencia en aquello de jugar el papel de “infiltrado” en una contienda.

Algo muy parecido a lo que ensayó Rafael Moreno Valle en el 2018.

Todo lo anterior cuenta ya con la venia de los líderes de ambos partidos.

Tanto Marko Cortés como el penoso “Alito” conocen de sobra la surrealista realidad que vive hoy Puebla en materia político-electoral.

El mejor escenario para ambos.

Ganan más rompiendo, que en esta hipócrita simulación de caminar juntos pero por veredas completamente opuestas.

Así el “Frente”.

Así la falsa oposición poblana. 

Así los enroques en un peligroso ajedrez que, de no jugarse bien, sería desastroso para los dos auténticos adversarios de Acción Nacional. 

 

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