05-05-2024 02:28:10 PM

La muerte del “tú eres el próximo”

Por Valentín Varillas 

 

El reparto de premios de consolación en Morena, puede complicarse en función de los cálculos que ya se hacen sobre cómo será el próximo gobierno de la 4T. 

Antes, cuando la continuidad de partido estaba garantizada, era muy fácil prometerle al o los rebeldes, que en su momento recibirían los apoyos necesarios para perfilarse como los “naturales” para ser ungidos seis años después. 

En la realidad actual, semejante propuesta resulta, por decir lo menos, un despropósito. 

De entrada, porque el sexenio que viene no pinta como un día de campo para el partido en el poder. 

Claudia Sheinbaum, en caso de ganar, no tiene el carisma de López Obrador, mucho menos, esa capacidad de conectar con aquel “pueblo” tan socorrido en el discurso, que te permite gozar de un blindaje social en donde se te perdona todo…o casi todo. 

Tampoco el colmillo y la experiencia que te dan tres elecciones presidenciales. 

En dos de ellas, por cierto, con la etiqueta del opositor por excelencia. 

En este escenario, Sheinbaum tendrá que ensayar un gobierno de resultados concretos, no de percepciones mediáticas, salidas acrobáticas, ni otros datos. 

Y el escenario, desde el inicio, se ve lleno de nubarrones. 

El presupuesto que ejercerá el gobierno federal en su último año, el más importante en materia electoral, de entrada, considera un importante déficit en términos del PIB. 

El más grande desde 1989. 

Ya no hay fideicomisos, ni fondos, ni bolsas adicionales de recursos de los cuales echar mano. 

Esto va a limitar la capacidad de operación de los programas prioritarios del primer año del primer gobierno encabezado por una mujer. 

Y lo peor: no se ve de dónde saldrán los recursos necesarios para sostener la entrega de apoyos directos a los sectores de la población que se benefician con ellos.  

Estas acciones no sólo son la base de la política social de la 4T, sino su potencial fuente potencial de votos. 

¿Qué va a pasar si no alcanza ya para todos? 

¿Cómo van a reaccionar los que, por auténtica supervivencia presupuestaria, dejen de recibir su dinerito cada mes? 

¿A quién van a culpar de esta realidad? 

La comparación AMLO- Sheinbaum será inevitable y ahí, la ex jefa de gobierno de la capital no tiene la menor posibilidad de salir bien parada. 

El desgaste podría ser demoledor, además de muy acelerado.  

Pero, aunque este texto esté lleno de futurismo, el posicionamiento y evaluación de los gobernantes, a falta de simpatía y carisma, tiene que darse con obras y acciones concretas: efectivas. 

Esto significa necesariamente dinero, mucho dinero todo el tiempo, en un espacio tan grande de tiempo como lo son seis años. 

De esta manera, no es difícil pensar – ya desde ahora- en un nuevo giro radical en términos del partido que llegará al poder en poco más de seis años. 

No es un cálculo estéril. 

Ya verá cómo, a partir de la salida de López Obrador de la política real, aparecerán como magia los liderazgos opositores. 

Los que hoy están cuidados en cajas de cristal, tal vez concentrados en gobernar algún estado, pero jamás enfrentan ni emiten una crítica pública –abierta o velada- al gobierno de Andrés Manuel. 

Este efecto nacional, de darse, repercutirá directamente en la realidad política de los estados. 

Por eso, la duda si es atractivo para alguien de Morena, prometerle desde ahora que será el candidato a la gubernatura de Puebla en un escenario diametralmente distinto y mucho más complicado que el actual. 

Es el ahora o nunca.

Literal.   

Que no le quepa la menor duda. 

 

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