Por Jesús Manuel Hernández
Semana de mostrar fichas, de intercambiar “regalos”, indirectas, chifletas diría el respetable desde las alturas viendo a las y los contrincantes entablarse en una lucha apasionada por suceder a Sergio Salomón Céspedes.
Y alguna voz por ahí insistiendo en que lo que realmente se necesita es “una decisión salomónica” para evitar el desgaste en Morena Puebla y sus consecuencias nacionales.
Los golpes han pasado al terreno de las revelaciones de conversaciones casi íntimas entre las parejas o ex parejas en el ambiente político local. Décadas antes algún viejo priista decía “amarren a sus perros que voy a pasar”. Lo decía en un escenario de confrontación donde la decisión central se había impuesto.
El anuncio de Claudia Sheinbaum de no privilegiar a los cercanos colaboradores que la convirtieron en la Corcholata Mayor ha sido secundada por Mario Delgado este fin de semana cuando anunció que el Consejo Estatal de Morena en cada estado será el responsable de proponer a las 2 mujeres y 2 hombres más votados para someterlos a las encuestas y volvió a insistir en el anuncio del día 20 sobre “prohibidos los espectaculares, las campañas dispendiosas y no se permitirá a funcionarios hacer promoción en favor de los aspirantes. Estará prohibida la utilización de recursos públicos o el condicionamiento de programas sociales”.
Y entonces surge la denuncia de Ana Tere Aranda, la diputada federal poblana, contra Ignacio Mier por los gastos en espectaculares, acompañada por posicionamiento de geolocalización y estimación económica.
“Fuego amigo” le dijeron a Nacho sus asesores. Días después la misma diputada anunció que procedería con iguales demandas en contra de Alejandro Armenta, Olivia Salomón Vivaldo y Julio Huerta.
Y se desataron los rumores en boca de los demonios: “piso parejo”.
¿De dónde obtuvo Ana Tere tanta información? ¿Quizá alguien busca eliminar a los cinco principales aspirantes para dejar a cuatro competitivos e identificados con el verdadero movimiento de la 4T?
Un viejo militante de la izquierda confesó a este reportero que de todos los aspirantes mencionados empezaban a destacar dos figuras quizá no posicionadas en el primer lugar.
Y la especulación vino en consecuencia, qué sucedería si las denuncias de Ana Tere tuvieran sustento y pusieran en riesgo la elección final, ¿cómo podría resolverse el problema?
Muy simple dijo el amigo, dejarlos fuera a todos y privilegiar a la gente nueva, a quienes representan al verdadero movimiento y no a los arribistas coyunturales de los últimos años.
El tema da para mucho. Algunas encuestas sitúan a Liz Sánchez, Bienestar Puebla, como la aspirante con “menos negativos” y con amplias posibilidades de crecer en campaña.
La misma opinión se refleja en el estado de posicionamiento de Rodrigo Abdala, si bien no es el más famoso entre los hombres, es quien menos negativos tiene.
Con ello podría imaginarse alguien, que ambos, Liz y Abdala pudieran ser el 50 por ciento de las propuestas del Consejo Estatal de Morena.
Y toma fuerza nuevamente la versión de si acaso el proceso de Puebla pasará por la llamada “decisión salomónica”.
O por lo menos, así me lo parece.