Por Yasmín Flores Hernández
A lo largo de mis colaboraciones he hablado de temas que nos atañen a todos, como son: la violencia en razón de género, los derechos humanos, la injusticia y la impunidad, entre otros.
Hay muchos actores que nombrar en este andamiaje, llamado vida
Sí, en donde la mujer vale lo que las instituciones y sus servidores públicos quieran.
Para muchas mujeres y hombres la palabra “justicia” es sólo eso, una palabra.
Algunos de los problemas serios que afectan de manera considerable a México son los feminicidios, las desapariciones forzadas, las violaciones a derechos humanos, la trata de personas, entre otros, todos estos son agravados por el contexto de impunidad que les caracteriza, como bien se dice:
“las violaciones de derechos humanos y una falta de respuesta adecuada de parte de las instituciones de procuración y administración de justicia, siguen siendo la regla y no la excepción”.
La implementación del sistema de justicia penal acusatorio y oral del 2016 trajo como consecuencia que se incluyeran nuevos mecanismos de acceso a la justicia para complementar a los ya existentes en la legislación mexicana y dar así cumplimiento a lo establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ha señalado la obligación de prever recursos internos adecuados y eficaces para garantizar la justicia de todos los ciudadanos.
En vista de lo anterior, el Estado mexicano incluyó en su cuerpo normativo nuevos mecanismos de acceso a la justicia, entre los que se encuentran las salidas alternas y las formas de terminación anticipada, así como un cambio de principios primarios respecto a la actividad jurisdiccional, que cambiaron de un modelo de justicia de corte mixto a uno acusatorio y oral.
En consecuencia, el nuevo sistema de justicia penal contempla los siguientes principios:
Principio de legalidad, presunción de inocencia, debido proceso, oralidad, publicidad, contradiccion, continuidad, igualdad y no discriminación ante la ley, entre otros.
Asi como tambien en el artículo 20, apartado A, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice:
“…El proceso penal tendrá por objeto el esclarecimiento de los hechos, proteger al inocente, procurar que el culpable no quede impune y que los daños causados por el delito se reparen”
Pues suena muy bonito y esperanzador.
Pero, ¿qué pasa si todo lo anterior falla?
¡Exacto!
Dejamos a las victimas en estado de indefensión, porque en la práctica todo es diferente.
Las víctimas se topan con autoridades apáticas, groseras, incapaces de realizar su trabajo, lentas y para colmo corruptas.
Desde ministerios públicos que creen hacerles un favor a las víctimas, hasta jueces que les dan flojera hacer su trabajo como juzgadores.
Ese, es el pan nuestro de cada dia, mujeres y hombres que hoy ocupan lugares en puestos públicos que solo van por un salario, y no por la conviccion de hacer bien para lo que se les contrató.
Lamentablemente el personal de procuración e impartición de justicia es insuficiente y no está capacitado para enfrentar los desafíos que tiene ante sí.
De acuerdo con algunos datos, las fiscalías estatales cuentan, en promedio, con 8 ministerios públicos por cada 60 mil habitantes. Y el presupuesto que se les destina a tales fiscalías es paupérrimo. Desde la falta de insumos para realizar su trabajo, hasta la carencia de personal.
El problema no sólo es de procuración de justicia. Quién así lo crea, se equivoca.
En el ámbito de la impartición de justicia, la problemática es similar. México cuenta, con solo cuatro jueces por cada 100 mil habitantes.
Puebla no es la excepción, la Fiscalia del Estado esta rebasada, casos de hace mas de cinco años que no han podido ser resueltos, como es el de Minerva Calderón estudiante de la Ibero Puebla, asesinada en 2017 por un compañero de la misma universidad hoy prófugo.
Otro caso más es el Zyanya Figueroa, quien fue encontrada muerta en 2018. La Fiscalia del Estado le informó a la familia que había sido un suicidio. A cinco años cuatro meses, su cuerpo será exhumado en la ciudad de mexico, con la posibilidad de conocer la verdad.
En el caso de Zyanya los familiares tuvieron que recurrir al Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio, asi como un Tribunal Colegiado ordenó a la Fiscalia del Estado investigar el caso con perspectiva de género.
Hay más casos: de cada 10 denuncias, sólo 8 se ratifican; de esas ocho, 4 se judicializan; 3 de esas cuatro llegan a juicio y sólo una obtiene justicia.
La realidad de la Fiscalia es la falta de capacidad que tienen los ministerios públicos, desde encuadrar un delito hasta saber llevar una audiencia en un juicio oral.
Por otra parte, los jueces de oralidad no se quedan atrás, son incapaces de enjuiciar con perpectiva de género, se basan en lo que ven, sin entrar al estudio del fondo del asunto, con criterios mediocres, dan carpetazo a los asuntos.
El desempeño de tanto ministerios públicos, como de jueces es nefasto.
Imaginen el coctel que hay tanto en la Fiscalia del Estado como en el Poder Judicial, de apatía, corrupción, incapacidad, desintéres, que predominan.
Ya en su momento el Presidente de la Republica -en su conferencia mañanera- expuso a jueces corruptos de Puebla a nivel nacional, esto deberia ser una advertencia para el Poder Judicial.
En tres mujeres recae hoy la responsabilidad de enderezar todos los negativos por lo menos en puebla en el tema que nos compete, la Fiscal Especializada en Investigacion de delitos de violencia de género contra las mujeres Margarita Garcidueñas Cuellar; la Presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Belinda Aguilar;y la Presidenta de Consejo de Judicatura Araceli Cabido.
Sin duda, tienen un gran labor que realizar, desde la limpia de personas corruptas en sus dependencias, como capacitar a su personal desde el trato a una víctima, hasta como juzgar con perpectiva de género.
Y no les cairía mal una platica sobre empatía, a los ministerios públicos, jueces y demás personal.
Si los políticos se suben a su peldaño de ego, por experiencia propia les dire que los antes mencionados están igual o peor.
Me queda claro que la mayoria de temas son de años pasados y seguramente estas tres mujeres nada tienen que ver, pero hoy necesitamos como sociedad pedirles que le entren al tema, sin titubeos, con ganas de que nuestro sistema realmente sea lo que en papel esta escrito.
Creame que la sociedad clama gente con ganas de generar una cambio a favor de todas y todos.
No es la ley ni el proceso, es la aplicación de estos.
No quiero terminar mi colaboración sin mencionarle a todas las víctimas que ha pesar de que los jueces no tengan interés en los temas, y se la pasen bostezando en las audiencias con es el caso del juez de oralidad Abelardo Gil Martinez, mantengan la fe y la esperanza, que la justicia nos llegara a todas y todos.
Señores jueces recuerden que son mortales, que el puesto es temporal, y que la sociedad solo exige que hagan su trabajo.
Termino mi colaboracion con esta frase:
Mi enojo no es por la injusticia, sino por el empeño con que muchos la disfrazan.
Isabel Cendal
