05-05-2024 08:56:07 PM

¿Procesos iguales?

Por Valentín Varillas 

 

Se da prácticamente como un hecho que los procesos de selección de los candidatos en los nueve estados en donde se renovará la gubernatura serán una copia al carbón que el que se lleva a cabo para elegir al abanderado de Morena a la presidencia. 

En el caso de Puebla, hacerlo así sería un suicidio. 

Las corcholatas se le han salido del huacal al presidente. 

Los tiempos para hacer trabajo proselitista han sido destinados en su mayoría para darse con todo. 

Hasta muertos en circunstancias sospechosas han aparecido. 

Ni siquiera la supuesta figura cohesionadora de López Obrador y sus constantes llamados a la serenidad han alcanzado para bajar la beligerancia del proceso. 

Todos contra todos, pero sobre todo los dos punteros. 

Sheinbaum y Ebrard están metidos en un interminable torneo de descalificaciones. 

Con cualquier pretexto se suben al ring. 

Temas y polémicas en tiempo pasado o presente se convierten en el pretexto perfecto para darse hasta con la cubeta. 

En lo mediático y en lo político. 

Claudia, ensayando una institucionalidad que pretende afianzar el voto duro del sector más radical de la 4T. 

Marcelo, con su disfraz de rebelde, pretendiendo sumar a los moderados de su partido, además de a un importante sector de los opositores resignados a soportar un sexenio más con Morena en lo más alto del poder político nacional. 

Aquí en la aldea, las cosas se han calentado y de qué forma. 

Con todo y que ni siquiera hay una convocatoria formal que norme el proceso. 

La realidad política local gira en torno a la lógica de la lucha intestina por la candidatura al gobierno estatal y tiene como núcleo central a los primos Mier. 

Y en función de esta disputa se ha dado el movimiento de los grupos de poder. 

No sólo al interior del Movimiento de Regeneración Nacional y de sus aliados electorales. 

También en las filas de los supuestos partidos opositores. 

Ellos también bailan al compás de la dinámica sucesoria del partido en el poder. 

De locos. 

Sin embargo, por más juramentos y llamados a la unidad que hagan todos los actores políticos directa o indirectamente involucrados en la calentura electoral del 24, el riesgo de fractura es real. 

A nivel nacional y también aquí en el estado. 

De los saldos que arroje el proceso presidencial se verá la manera de darle forma a las reglas que van a normar la selección de candidatos en los estados. 

Que no le quepa la menor duda. 

Una división profunda de quien lleva una ventaja clara para amarrar la presidencia y las entidades federativas en donde es gobierno, sería una catástrofe para el presupuesto electoral diseñado y operado desde la oficina principal de Palacio Nacional. 

Ese que tiene como objetivo único el ganarlo todo, absolutamente todo y al precio que sea. 

About The Author

Related posts