Por Alejandro Mondragón
La fotografía del estado de ánimo de los aspirantes a la gubernatura deja ver el nerviosismo de unos y desacierto de otras.
Las reglas de Morena para los presidenciables paralizaron a las estructuras de poder en estados. Ni gobernadores/as, tampoco alcaldes, menos funcionarios federales deben meter mano.
Alejandro Armenta Mier, el senador, adelantó que tiene lista su licencia al cargo para cuando se definan las reglas para Puebla.
Ignacio Mier, el diputado federal, anticipó que se mantendrá al margen del Instituto de la Transformación para evitar dados cargados.
Ambos en espera de la señal.
Julio Huerta, secretario de Gobernación, emitió desafortunadas declaraciones sobre el género que encendieron las redes sociales y a la comunidad LGBT+ en su contra, además que en la víspera desautorizó a su propia dependencia de relevos en su vocería.
Olivia Salomón asumió el activismo que traía Huerta en las reuniones con el gobernador, pero sin ir más allá de lo que su secretaría de Economía lo requiere.
Otra de las aspirantes Claudia Rivera Vivanco presumió una imagen con Beatriz Gutiérrez Müller para mostrar cercanía, cuando se sabe en voz del presidente Andrés Manuel López Obrador que nadie de su familia intervendrá en decisiones de poder y menos en procesos electorales. En lugar de sumar, restó.
Además, la publicación ocurrió un día después que haya sido requerida por la Fiscalía del Estado de Puebla como indiciada para la audiencia de imputación, el 26 de junio, por discriminación contra la exconsejera jurídica Yasmín Flores Hernández. Hasta contrató a los abogados que defendieron a Ricardo Henaine contra el entonces gobernador Rafael Moreno Valle por el tema de Valle Fantástico.
Los aspirantes esperan las reglas del juego para Puebla, lo cual tomará aún meses en lo que se resuelve la contienda presidencial.
Habrá que ver el temple, los nervios de acero y la paciencia ante la incertidumbre que implica su proceso.
Las reglas cambiaron también para ellos.
