Por Jesús Manuel Hernández
Cada vez existe más la percepción de que la candidatura por MORENA enfrenta a los viejos grupos del PRI convertidos, traducidos, transitados a MORENA con el ansia de retomar el poder o de conservarlo y transmitirlo.
Al interior de MORENA la percepción en términos generales es que los dos aspirantes más fuertes tienen raíces comunes, del mismo color y sus hojas están salpicadas de las mismas manchas, luego de sembrados en la política fueron regados, alimentados en su crecimiento con las aguas del tricolor, del cacicazgo, del fraude electoral, del cochupo, de la negociación por debajo de la mesa y empiezan a salir a la luz una serie de ramificaciones que los identifican con lo que más odia el ciudadano, el sistema de complicidades del viejo PRI.
Memes, fotografías con sus anteriores jefes, declaraciones en defensa de los gobernadores tricolores, aparecen por todas partes, se reproducen como hongos en las redes sociales y la pareja de “pri-mos” es sujeta de burlas, descalificaciones y despierta el “sospechosismo” dirían en el PAN.
Uno y otro, buscan cubrir todas las oportunidades para quedar bien con el Presidente López Obrador, en cualquiera de sus intenciones por combatir a los fifis y neoliberales.
Quizá a uno más que al otro se le da el discurso congruente con Morena, quizá el otro tenga que usar palabras forzadas e intenta tener un acordeón de frases para no salirse de la línea.
Sea como fuere, los “pri-mos” están bajo sospecha de muchos grupos, al interior del bloque compacto de morenistas hay dudas sobre su lealtad, de ahí la cantidad de noticias en varios medios para revelar el pasado de los hoy morenistas y antes fieles priístas.
Una frase bíblica nos ayudaría a dirigir la interpretación de los hechos. El evangelio según San Mateo, Capítulo 7, versículos del 15 al 20, quizá haya sido leído por los “pri-mos” tan cercanos a últimas fechas con el Arzobispo de Puebla. Dice así:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis”.
Ambos han dicho que tienen el deseo de servir a Puebla, que la aman, que la quieren, aunque no dicen que la desean apasionadamente, pues gobernar es ejercer el poder.
Habría que escarbar en el pasado de cada uno, cuando han estado en activo como funcionarios de otros gobiernos, del PRI, cómo se portaron, qué hicieron, acaso cubrieron expedientes, acaso persiguieron a sus enemigos, ¿acaso colaboraron en algún fraude electoral?
Es decir, su comportamiento en la política ¿ha estado del lado de la defensa de los intereses de los poblanos o la obediencia para defender al sistema para el que trabajaban?
Quizá por eso los memes y esta especie de “campaña negra” en contra de los “pri-mos” tenga aceptación.
¿Tienen algo que esconder? ¿Se habrán arrepentido ya de lo que hicieron en contra de la democracia? ¿Se habrán confesado y expiado sus culpas y retomaron el camino del bien?
Que el pueblo, bueno y sabio, ¡hable, grite o calle para siempre!
O por lo menos, así me lo parece.
