06-05-2024 10:09:19 PM

Y después de la marcha…¿qué?

Por Valentín Varillas

 

Rotundo el éxito de la marcha convocada por partidos y organizaciones opositores a Morena para protestar en contra de las modificaciones a la ley electoral que pretende llevar a buen puerto el presidente.

Sería mezquino, tonto y muy poco realista negarlo.

El mensaje es contundente: dejen las cosas como están, porque en el imaginario de millones de mexicanos, el status quo actual -con todo y sus defectos e imperfecciones- es el que de mejor manera garantiza el desarrollo de los procesos electorales. 

Entendido.

¿Y luego?

¿Qué va a hacer la oposición con todo esto?

¿Cómo van a canalizar en lo político este grito ensordecedor de cientos de miles de mexicanos?

La primera de estas marchas fue igualmente exitosa.

Obligó a los partidos de oposición a asumir su compromiso y evitar que alcanzaran los números para que el oficialismo y sus aliados modificaran la Constitución en lo que al tema electoral se refiere.

Gran triunfo en lo mediático, en lo social, pero no en lo político.

Después de ganar las primeras planas y los espacios más importantes en medios tradicionales, digitales, en las propias redes sociales, además de las columnas más leídas e influyentes en el llamado “círculo rojo”, nada cambió.

No hubo cambios en la Carta Magna: aplausos.

Seguramente lloverán los amparos para echar abajo este Plan B: más aplausos y de pie.

Pero, cruda la realidad nos indica que, a pesar de estos triunfos épicos, se sigue viendo una oposición desarticulada, desorientada, sin proyecto ni liderazgos visibles, apanicada y con muy pocas posibilidades reales de arrebatarle a la 4T la presidencia en el 2024.

No lo digo yo, ahí está la contundencia de los números que reflejan las encuestas.

En ninguna de las publicadas hasta el momento, los partidos que conforman la alianza anti-AMLO aparecen en una posición de mediana competitividad.

Lo mismo sucede con las realizadas para medir las preferencias electorales en el Estado de México, la entidad federativa que más votos aporta al padrón electoral nacional.

Ventaja de dos dígitos para Delfina Gómez, la candidata de López Obrador.

¿Conclusión?

Esta gran movilización social, este enorme triunfo de los ciudadanos le queda bastante grande a quienes, en términos de política real, van a ofrecerles candidato o candidata para la madre de todas las elecciones.

Y esto no es menor.

Los restos parecen titánicos.

De entrada, competir contra un presidente que entrando a su quinto año de gobierno reporta niveles de popularidad y aceptación cercanos al 60%.

Con un partido en el poder que va a llegar al 24 gobernando más de veinte estados.

Más de veinte virreyes con mucho dinero y amplísima capacidad de operación electoral, que se va a utilizar para garantizar la continuidad de la 4T en aquellas posiciones que hoy son suyas.

La presidencia en primerísimo lugar.

Pero también quieren conservar las gubernaturas y sobre todo: tener una mayor representación en las dos cámaras del legislativo federal para hacer y deshacer a placer.

Impresionantes las imágenes con los asistentes a las movilizaciones que se llevaron a cabo en varias ciudades del país.

Válidas, legítimas y espontáneas sus reivindicaciones.

Pero si le ponemos una valoración numérica realista a todo esto, la conclusión es que, simple y sencillamente no les alcanza.

Con estas o con otras reglas del juego, de plano no les da para ganar.

 

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