Por Rocío García Olmedo
En un país como el México actual en el que la polarización, la confrontación, la descalificación permanente impulsada por el presidente López Obrador contra todo y contra todas y todos, no había otra manera ante esa falta de diálogo y oídos sordos; lo que seguía era la lucha colectiva.
Así, como era de esperarse, en Puebla como en más de cien ciudades de la República mexicana y del extranjero, se llevó a cabo la segunda concentración de personas convocada en defensa de la democracia en México y de la Institución autónoma que la hace efectiva.
Miles de personas presentes, haciendo un llamado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para declarar inconstitucionales las recientes reformas aprobadas a diversas leyes secundarias en materia electoral, a pesar de las críticas, denostaciones y presiones de que están siendo objeto por parte del mismísimo presidente de la República, y hacerlo porque trastocan los derechos de la ciudadanía, disminuyen los derechos políticos conquistados por las mujeres y violan flagrantemente a la Constitución Mexicana.
La causa que ha movilizado esta protesta social ha quedado manifesta.
Queremos elecciones libres.
Queremos que nuestro voto cuente y se respete.
Queremos un país democrático.
Las mujeres, que somos más de la mitad de las personas que estamos siendo violentadas por estas reformas electorales aprobadas; hemos levantado la voz de diferentes maneras porque como ya lo hemos dicho en muchas ocasiones, sabemos vivir individualmente y luchar colectivamente, esa ha sido parte de la historia del movimiento de mujeres en México y en el mundo.
Por eso no vamos a permitir el borrado de nuestras conquistas y de nuestros derechos adquiridos y vamos a continuar consolidándolas a pesar de las descalificaciones.
¿Saben por qué?
Porque nuestro #VotoCuenta.