Por Jesús Manuel Hernández
(Mi más sentido pésame a Rodolfo por la pérdida de su padre, Rodolfo Ruiz Conteras a quien tuve el gusto de conocer hace varias décadas)
A los 88 años de edad y luego de haber sido una de las piezas fundamentales en la construcción de la izquierda políticamente militante en México, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas vuelve a la escena pública de la mano del mismísimo presidente López Obrador en un vericueto de insinuaciones, críticas, bolas ensalivadas y chifletas que han sido aprovechadas por los críticos de la 4T.
Sin duda Cárdenas tiene muchos seguidores y su pensamiento incide en varios grupos sociales, tiene, por decirlo así, autoridad moral, representa a la corriente que inicialmente se opuso al neoliberalismo del PRI, a los tecnócratas.
De ahí que su palabra, sus dichos tengan una fuerza de primera división en la escena política y contribuyen a formar los criterios de varios opinadores.
Que si hay diferencia de opiniones entre Cárdenas y López Obrador por supuesto que sí, son de edades diferentes, de orígenes diferentes, de profesiones diferentes y en tiempo y forma tuvieron enemigos comunes identificados con la transformación del PRI en un partido de tecnócratas neoliberales.
Pero cada uno tiene su forma de matar pulgas.
El caso es que en la medida que se acerca la sucesión presidencial se van afinando las punterías de cada contendiente y todos tratan de ganar en el río revuelto de la política.
La oposición a Morena está feliz por las diferencias entre el ingeniero Cárdenas y el presidente, más por la actitud de “conmigo o contra mi” asumida por López Obrador en un intento por no perder el control de los grupos y por ende la sucesión.
¿Quién se ve beneficiado con las diferencias entre ambos personajes con miras al 2024? Quizá no es fácil describirlo y menos enunciarlo. Si le preguntaran a Cárdenas por quién se pronunciaría aparecerían algunos de los nombres manejados por el Presidente. ¿Estaría Cárdenas con Claudia, con Adán, con Ricardo o con Marcelo? Quizá con ninguno, dicen los que saben del tema de la izquierda mexicana.
A propósito una anécdota con el ingeniero Cárdenas Solórzano. En la campaña de 1988, la frase de Carlos Salinas de Gortari era “Que hable México”; el ingeniero Cárdenas hizo campaña con pocos recursos y le limitaban mucho el acceso a los medios electrónicos, radio y televisión.
En la HR tenía este reportero un noticiario, “Adelante” se llamaba, y los coordinadores de comunicación contactaron para una entrevista con Cárdenas, Rafa Cañedo aceptó con la condición de que la entrevista fuera grabada.
Y así se hizo, unos 40 minutos quedaron grabados en cinta de rollo abierto, misma que a la fecha conservo y que nunca salió al aire.
La entrevista fue a eso de las 12 del día. Por la tarde hubo una llamada “recomendando” que no fuera publicada, así que la grabación se guardó.
Años después el ingeniero vino a una comida en mi casa y le mostré la fotografía que nos tomaron en la cabina de radio y le recordé los hechos, se rió y me la autografió con tinta verde.
Gobernaba Mariano Piña Olaya en Puebla, Miguel de la Madrid era el Presidente, Manuel Bartlett el Secretario de Gobernación, Pérez Correa el subsecretario. Nunca supe quien hizo la llamada, si fue “recomendación nacional o local”, el caso es que en aquellos tiempos gobernaba la censura.
O por lo menos, así me lo parece.
