06-05-2024 01:38:09 PM

Monreal, así del precipicio

Por Valentín Varillas

No, no es teatro.

Mucho menos simulación.

En los usos y costumbres de la 4T, establecidos y dictados por un solo hombre: el presidente López Obrador, no hay cabida para la traición.

Para la deslealtad.

Impensable ponerse antes de la voluntad del macho alfa, del jefe máximo de este conjunto de tribus incapaces de transitar a la institucionalidad de un partido.

Un auténtico suicidio político.

Se trata, simple y sencillamente, de lo más penado, lo más castigado.

Aquella línea virtual, muy delgada, pero que una vez que se cruza ya no puede haber marcha atrás.

No alinearse a las órdenes de Andrés Manuel en el tema de la Guardia Nacional, en donde inclusive los priistas se doblaron mansamente, es la decisión más radical, la afrenta más abierta con el que se definió irremediablemente el futuro político de Ricardo Monreal en el corto plazo.

Así de claro y contundente.

Y me parece que no hay cabida para la simulación, para el teatro, como algunos han querido interpretar.

La defenestración será contundente, clara, radical, pero sobre todo, dejará un precedente para aquellos que siquiera piensen jugar en contra de los intereses electorales de Palacio Nacional en la coyuntura de la elección del 24, la más importante en la vida política del hoy presidente.

Malas noticias para quienes en sus pronósticos, anticipan un paquete de privilegios para Monreal como una especie de compensación para mantenerlo a raya y que no pudiera convertirse en un obstáculo potencial para la continuidad de la 4T.

Peor para quienes aseguran que, en estos amarres podría incluirse la entrega de la candidatura al gobierno de Puebla.

Pensar así es no entender todavía, a pesar de 4 años de contundentes ejemplos, la lógica con la que actúa el jefe del ejecutivo federal.

El que impone desde el poder.

El que no recula ni cambia.

El que no tiene empacho en utilizar las instituciones públicas como garrote político y jurídico en contra de sus adversarios.

Es evidente que Monreal conoce de sobra todo lo anterior.

Que se trata de factores que tomó en cuenta en su estrategia y toma de decisiones.

Porque aquí no hay berrinches ni arrebatos: está todo fríamente calculado.

Así que, más allá de todo lo que se escribirá del factor Monreal en el proceso de sucesión presidencial, el punto central se reduce a evaluar qué pesará más: el valor electoral que pudiera tener el zacatecano, o los frentes abiertos que ha dejado después de décadas dedicado a la política y el servicio públicos.

Con todo y los daos colaterales que esto implica.

Y es que, en esa ecuación no puede dejarse de lado el hecho de que Ricardo fue gobernador de Zacatecas, cargo que David su hermano ocupa ahora.

Saúl Monreal, es alcalde del municipio de Fresnillo, posición que antes había ocupado también el hoy gobernador David.

La cola puede llegar a ser muy, pero muy larga.

¿Aguantarán que les echen encima todo el peso del aparato oficial?

De eso dependerán tantas y tantas cosas que, seguramente, tendrán un peso específico importante cuando llegue el momento de las definiciones.

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