Por Alejandro Mondragón
El perfil del personaje que tanto combate la Cuarta Transformación está por regresar a Puebla como delegado de Gobernación.
Origen es destino, quizá por ello sus padrinazgos lo seleccionaron, sin importarles lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dejado en claro sobre los impresentables.
Francisco Ramos Montaño olvidará que fue el mejor amigo del hijo del exgobernador Mario Marín Torres o su comportamiento en la campaña del entonces candidato del PRI a la alcaldía, Enrique Agüera, como yerno de la hoy exsecretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga.
Si pretende operar como lo hizo en 2013, pues como dice el clásico ya se chingó la patria.
Quiso asumir formalmente la gerencia general del equipo agüerista, pero en los hechos rebasó a Jaime Alcántara Silva, quien se presentaba como coordinador oficial de la campaña de Agüera.
Fue un desastre todo, máxime cuando metió la cuchara este personaje.
Sí, el inefable Francisco Ramos Montaño, amigo íntimo de Mario Marín Jr, quien lo hizo en el sexenio de su papá director del Instituto Poblano de la Juventud y después diputado federal priista.
Inexplicable que un personaje menor se haya metido hasta la médula ósea de la campaña de Agüera y le hayan permitido definir buena parte de la guerra sucia contra Antonio Gali Fayad.
Paco Ramos entró ya arrancada la campaña. Todos los días llegaba al búnker de Mazarik, donde operaban los más cercanos a Agüera.
El entonces yerno de Rosario Robles, presumía cercanía y le abrían las puertas más cuando el grupo Sostén, donde fungió como socia su exsuegra, operó el diseño de spots e identidad de género para jalar el voto femenino.
Todos le creyeron sus mentiras, empezando por el candidato y los operadores de medios de la campaña que siguieron al pie de la letra sus mamadas.
Paco Ramos empezó a coordinador la guerra sucia contra Tony Gali. Era quien dictaba línea a los disidentes del PAN y dialogaba con Violeta Lagunes y Miguel Ángel Labastida para atacar al candidato de Puebla Unida y de paso al gobernador Moreno Valle.
Jaló a petistas y perredistas. Promovió espacios para que personajes nacionales como Fernández Noroña vinieran a llamar dictador al entonces gobernador Rafael Moreno Valle.
A Francisco Ramos y Fernández Noroña hoy los une el diputado federal morenista, Ignacio Mier Velazco.
Se encargó de las historias que golpearan a Gali y las operó en medios nacionales.
En el DF le abrieran espacios, al presunto yerno de Rosario Robles, para que sacaran los excesos del helicóptero Agusta de Moreno Valle, las cuentas bancarias de Gali y gracias a la filtración de un regidor panista pudo reventar la cuenta pública de Eduardo Rivera en la pasada campaña.
Así se ganó la confianza de Agüera, pues al candidato sólo le gustaba escuchar noticias positivas y más contra su adversario.
El resultado final ya es conocido por todos.
Pinches Ramos fue todo un desmadre.
No tiene la culpa Paco, sino quien lo hace delegado.