26-04-2024 09:18:22 AM

Audi-VW: realidades distintas

Por Valentín Varillas

 

Nadie en su sano juicio puede dudar de la importancia que en su momento tuvo para la realidad económica del estado la instalación de planta Audi en la zona de San José Chiapa.

En todos los sentidos.

En más de cinco décadas no había llegado a Puebla una inversión de semejante magnitud.

Logro indudable del ex gobernador Moreno Valle, pero también materia prima para alimentar su proyecto presidencial y su insaciable ego.

En su obsesión por amarrar la llegada de la planta alemana, el “panista” puso en bandeja de plata una serie de beneficios para la empresa, que no son siquiera comparables con algún otro paquete de incentivos ofertados por otros mandatarios en ningún estado de la República.

Originalmente, la instrucción de Moreno Valle a los negociadores de su gobierno ante los alemanes fue fijar un techo de 100 millones de dólares, algo así como mil 300 millones de pesos en obras de infraestructura y demás.

Etre ellas, la construcción de la famosa plataforma de Audi, realizada con un sobrecosto superior al 240% y la creación de la trístiemente célebre Ciudad Modelo.

Un híbrido que anuló los derechos y la autoridad de los municipios involucrados; otro monumento a la más descarada corrupción oficial y que a través de los famosos Proyectos de Participación Social (PPS) abonaron a la generación de un nivel de deuda pública que hipotecó las finanzas estatales por más de dos décadas.

 

Entre 2012 y 2014, los beneficios que el gobierno de Moreno Valle le entregó a Audi ascendían ya a 8 mil 349 millones de pesos, 645 millones de dólares, lo que representaba la mitad del total de la inversión prometida por AUDI en el estado, que estaba calculada en mil 300 millones de dólares.

Todo esto, sin considerar la condonación de impuestos y subsidios a la capacitación, así como el terreno donado a los alemanes.

La cantidad del erario usada para amarrar la instalación de la planta alemana en apenas esos dos años, equivalía en ese tiempo a dos años del presupuesto total asignado al municipio de Puebla.

Juran los enterados que, en sus cálculos más conservadores, los estímulos totales tuvieron un valor total muy cercano a los 11 mil millones de pesos en ese sexenio.

Sin embargo, algunos de estos subsidios estaban comprometidos más allá del término de la administración de RMV.

Apenas a finales de diciembre del 2021, el gobernado Miguel Barbosa decidió suspender el pago con dinero público del costo de las casetas para los autobuses de la empresa que trasladaban personal hasta su centro de trabajo.

Pero además, el gobierno poblano seguía pagando boletos de avión a trabajadores, cursos de idiomas, la construccción y operación de un centro de capacitación y leoninas excenciones de impuestos.

Todo esto, con un valor superior a los 800 millones de pesos.

Compromisos heredados en esta loca y obsesiva carrera por pasar a la historia como el gran generador de inversión productiva en Puebla, aunque el costo de lograrlo significara al final una importante sangría del erario estatal.

Otro gran teatro de sombras.

La semana pasada, el grupo Volkswagen anunció una inversión superior a los mil millones de dólares en un ambicioso proyecto de modernización de su planta en Puebla.

Considera una importante ampliación de sus instalaciones con el objetivo de  modernizar sus procesos de manufactura “tecnificada” para la construcción de autos eléctricos, uno de los proyectos prioritarios y más ambiciosos para el consorcio.

Podían escoger cualquier otra de su plantas en cualquier otro país para llevar a cabo todo lo anterior.

Escogieron a nuestro estado.

Qué bueno, porque ahora sí todo esto se logró sin tener que otorgar demenciales apoyos y lo mejor: ahora sí, sin pedir un solo peso prestado.

 

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