Por Alejandro Mondragón
En San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, dispone de una oficina.
Su encomienda es muy clara por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador: sacar adelante acuerdos para la reforma eléctrica.
Así que el exgobernador de Tabasco figura como operador de la anhelada reforma eléctrica para la Cuarta Transformación.
No es Ignacio Mier Velazco, líder de la mayoría morenista, el responsable del proyecto presidencial. Como líder de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados tenía que encargarse del Parlamento Abierto sobre el tema.
Y claro, Nacho Mier, aprovechó la coyuntura para hacer campaña por la gubernatura del 2024 montado en la promoción de la reforma eléctrica.
En tanto, Adán Augusto se reúne con líderes parlamentarios de oposición, con legisladores en lo individual para acercar posiciones y crear condiciones políticas para lo que será la votación más importante del sexenio.
Si la reforma camina no será por Nacho Mier, pese a que el legislador federal ha hecho del proyecto su plan de acción para competir en 2024.
De ahí que se reúne, convoca, escucha, promueve y hace todo lo posible para recorrer la entidad en aras de llevar agua a su candidatura.
Si la reforma eléctrica pasa seguro él dirá que fue su lucha, si fracasa entonces recordará que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López era el verdadero operador del tema y como diputado hizo todo lo que estaba en sus manos.
Acudirá al clásico lavatorio de manos.
Lo cierto es que si la reforma eléctrica sufre ajustes será porque así lo decidió López Obrador y nada tendrá que ver el Parlamento Abierto en el que predominaron las versiones burocráticas e interesadas de la 4T.
