23-11-2024 10:55:34 AM

Inadmisible

Por Rocío García Olmedo

¿Qué pasa en México? Inadmisible lo que vemos: fusilamientos, golpes, agresiones, delincuencia, violencia, violencia, violencia, tanto física como verbal por todos lados y hasta en el futbol.

El cierre de programas y la desaparición de políticas públicas diseñadas con el propósito de ir favoreciendo a diversos sectores de la población es sistemática.

El último anuncio es la terrible decisión de cancelar el programa Escuelas de Tiempo Completo en el país.

Los datos reflejan que afecta a casi 4 millones de niñas, niños. No sólo a ellos que ya es muy delicado por las repercusiones que tiene, su sola cancelación implica: baja en el aprovechamiento escolar, en la calidad educativa, deserción escolar, bajo rendimiento, incremento de problemáticas al interior de las familias, violencia y hasta incide en su alimentación, ya que en muchas zonas de nuestra entidad y del país, el alimento que recibían muchas veces representaba el único que tomarían al día. Todo lo anterior está debidamente documentado.

También ésta decisión afecta a los padres y madres de familias, y a las mujeres que son las únicas proveedoras de sus familias, ya que sus hijos e hijas en escuelas de tiempo completo podían estar desde las 7:30 hasta las 16 horas, lo que les permitía no sólo dejar a sus hijos e hijas en un lugar seguro para su tranquilidad;  y ellos y ellas poder salir a trabajar.

Este programa ayudaba especialmente a muchas mujeres, como lo hacía el de estancias infantiles, como lo hacía el seguro de vida de madres jefas de familias, como lo hacían los encaminados a prevenir y atender la violencia contra mujeres y niñas, hoy también cancelados.

Por ello reconozco la decisión del gobernador Miguel Barbosa de Puebla, que al conocer la decisión del gobierno federal de cancelar el programa de Escuelas de Tiempo Completo, anunció que en el estado de Puebla el gobierno del estado cubrirá con recursos propios el costo de este programa que en la entidad, impacta a 93 mil niños y niñas.

Es de reconocerse porque si hay programas -así como los mencionados- que impactan en las personas más pobres, menos favorecidas  y más indefensas es justo este.

En adelante será Inadmisible por ello el discurso “social” que desde la federación menciona la primacía de las acciones del gobierno federal a favor de los pobres, porque ahora sabemos que es sólo eso, un discurso, pura demagogia.

Así también, sin dejar de reconocer los elementos estructurales de violencia que se presentan en el futbol, que han sido analizados por especialistas; recuerdo el estudio antropológico hecho en obreros, de la autoría de Fernando Huerta Rojas “El Juego del Hombre” publicado por la BUAP (1999) que refleja justo la relación entre masculinidad y deporte antes, durante y después de los partidos de futbol.

Me parece que todas, todos,  no encontramos explicaciones para esas conductas humanas tan agresivas, encaminadas sin duda a hacer daño, como las que vimos en el fusilamiento de personas en Michoacán o las del estadio de futbol el fin de semana.

Cómo poder mejorar las relaciones entre personas ¿si a todo ello se suman las que hemos comentado?

Esa agenda que polariza pero que se marca todas las mañanas y que se difunde durante todos los días ¿está abonando al estado de violencia que vivimos?

Ese asedio y esos ataques sistemáticos a las distintas instituciones académicas, centros de investigación, trayectorias de personas dedicadas a la ciencia y a los medios de comunicación ¿Está sumando también a la violencia?

¿A ese enojo ciudadano incluimos la agresión que desde el gobierno sienten por la cancelación de programas tan importantes de beneficio social?

Qué bueno que en Puebla no se cancela el programa de Escuelas de Tiempo Completo.

Qué malo que la visión del gobierno federal esté muy lejos del pensamiento que marcaron  José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet para la educación en México.

Ambos reconocían la igualdad de los mexicanos y de las mexicanas y afirmaban que las únicas diferencias eran justamente las que procedían de la ignorancia y de la incultura.

No podemos. No debemos seguir ignorando lo que está pasando en México. Es ya inadmisible.

 

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