Por Alejandro Mondragón
En el sexenio de Melquiades Morales Flores, la cúpula patronal, mediante sus personeros, vendieron el proyecto de instalación de la fábrica de camiones Hyundai.
El entonces gobernador brincaba de felicidad porque traería una inversión que rebasaría los 700 millones de dólares para Puebla.
Su secretario de Economía, Antonio Zaraín, fue otro entusiasta de la mega inversión que aterrizaría por la zona de Lara Grajales y en cada foro se anunciaba que Puebla estaba lista para Hyundai.
Le darían terrenos, facilidades fiscales, subsidios a la mano de obra y todo lo que pidiera. En aquel tiempo se advirtió en medios que todo era mentira por parte de los empresarios y el gobierno no lo creyó.
Más de 20 años después seguro que el melquiadismo sigue creyendo a los empresarios de que Hyundai construiría una planta en Puebla.
Pues todo viene a cuento porque ahora la misma cúpula patronal pretende el rescate del Tren Turístico Puebla-Cholula, cuyo costo al erario ascendió a mil 571 millones de pesos.
Ellos ofrecen 150 millones de pesos reactivarlo y además ampliar su ruta, porque hoy representa una carga de mil 512 pesos por pasajero.
¿Dónde está el negocio que desde su arranque (2017) no ha tenido? El Tren tendría que abordar a un millón 453 mil 117 pasajeros por año, pero no ha sido así.
Ya el gobernador Luis Miguel Barbosa confirmó que es la fecha en la que no se ha presentado el proyecto del Consejo Coordinador Empresarial.
Dejó en claro que no habrá ningún subsidio. Cero.
Los patrones quieren pagar el 10 por ciento de un proyecto que acabó por convertirse en otro elefante blanco con cargo al erario.
Es otro clásico salivazo financiero.
Si no pudieron construir su sede en un terreno regalado hace 18 años, menos lo harán con un Tren salvo que al rato lo vendan a Ferrosur, al triple de lo que les costaría.