La rebeldía contra el poder en turno, luego de formar parte del mismo, rindió frutos en el pasado. No sólo en el país, sino en el caso de Puebla.
¿Quién o quiénes se rebelarán a la Cuarta Transformación que aterrizan Andrés Manuel López Obrador y Luis Miguel Barbosa?
En Puebla, Melquiades Morales fue el rebelde en el sexenio de Manuel Bartlett; Mario Marín lo era en el melquiadismo; y Rafael Moreno Valle rompió con el PRI, se pasó al PAN desde donde ganó la interna del partido y luego Casa Puebla.
El propio Luis Miguel Barbosa se desligó del morenovallismo cuando hacerlo era más que un pecado y dejó al PRD para irse con Andrés Manuel.
En el país, Roberto Madrazo fue el rebelde en el zedillismo ante Francisco Labastida Ochoa. La división se dio tan profunda que acabó por beneficiar a otro irreverente panista, Vicente Fox.
Felipe Calderón también dejó al foxismo para luego convertirse en presidente; y Josefina Vázquez Mota, quien se impuso a la carta que le quedaba al entonces mandatario, Ernesto Cordero, con la división respectivo, acabó por perder ante Enrique Peña Nieto.
Ahora, en Morena se menciona que el senador Ricardo Monreal va por la ruta de romper con la 4T, debido a su marginación en la sucesión presidencial que se controla desde Palacio Nacional.
¿Seguirá sus pasos el senador y pupilo, Alejandro Armenta Mier, quien también rompió con el PRI para irse al lopezobradismo?
El propio presidente López Obrador atajó el tema recientemente, al dejar en claro que los radicales en Morena son encabezados por él mismo, luego de las críticas de Monreal. “Nos rebelamos y no dejaremos de ser radicales contra la corrupción”.
Esta posición reviste importancia porque las fuerzas morenistas, aliados y demás han cerrado filas con AMLO frente a los llamados rupturistas.
Por lo visto, lo que antes funcionó, hoy en tiempos de la 4T quedará como un grito en el desierto, en el país y Puebla.
Y los duros de la 4T no se andan con mamadas frente a los rebeldes.
