26-04-2024 05:17:58 PM

La maldición de la arrogancia

Por Alejandro Mondragón

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador llegó exultante a la mitad del sexenio; “imparable” como lo afirmaron diputados federales morenistas y con la aprobación de 7 de cada 10 mexicanos/as.

 

La oposición “me ha hecho lo que el viento a Juárez”, arengó hace días en una plaza pública de Oaxaca.

 

¿A qué riesgo se enfrenta López Obrador con sus opositores moralmente derrotados, sin narrativa propia y carente de perfiles de poder?

 

Pues nada menos que a la maldición de la arrogancia.

Carlos Salinas de Gortari se sintió tocado por Dios, tras un sexenio de privatizaciones y apertura económica que culminó con el Tratado de Libre Comercio. El mismo día que entró en vigor se registró el levantamiento armado en Chiapas por el EZLN.

 

Y ahí perdió toda narrativa. Su obra empezó a caerse a pedazos con los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu.

 

Ernesto Zedillo llegó como la antítesis del salinismo y cobijado con el “voto del miedo”, pero fue aniquilado por el llamado “error de diciembre”, la peor crisis económica y la protección de fortunas, vía el Fobaproa.

 

Abrió la puerta para que -por vez primera- la oposición ganara Los Pinos. Fue Vicente Fox, del PAN, quien llegó con el más abultado bono democrático. La fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán minó toda confianza ciudadana.

 

Felipe Calderón arribó con una ilegitimidad de origen que en el ejercicio quiso borrarla con su lucha contra el narco. Terminó con el país ensangrentado y los responsables que había designado para tal fin, como socios de los capos de la droga en México.

 

Enrique Peña Nieto decía que sí sabía como gobernar. Lanzó sus reformas estructurales para salvar al país y cuando se sintió el personaje del año le cayó el escándalo de la Casa Blanca y luego la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Después su sexenio fue catalogado como el más corrupto de la historia.

 

Bien dice la máxima, cuando un político se cree invulnerable, el más fuerte, en realidad se encuentra débil ante lo que le depare.

 

Es la maldición de la arrogancia.

 

¡Sereno, Moreno!

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