25-04-2024 10:01:12 AM

El poder total

Por Alejandro Mondragón

 

Si en junio del 2021 obtuvo la autoridad como presidente municipal de Puebla, cinco meses después Eduardo Rivera Pérez ganó el poder.

 

El entonces gobernador Rafael Moreno Valle siempre reconoció que era más difícil triunfar en una interna en el PAN que en una constitucional.

 

El morenovallismo ya en el poder arrebató el control de Acción Nacional a El Yunque, organización que lo retoma 10 años después.

 

Rivera Pérez había dado el primer paso (en la elección por la alcaldía) y le falta el segundo, quizá más importante, los comicios panistas del pasado domingo.

La diferencia de votos en la capital y la zona metropolitana, más Atlixco y Tehuacán, es lo que marcó la diferencia ante el grupo hegemónico que enfrentó su primer gran reto sin los Moreno Valle y operadores. Simplemente fracasó.

 

Rivera Pérez ha ido creando alianzas de autoridad con el gobierno de Luis Miguel Barbosa, la rectora de la BUAP, Lilia Cedillo, y ediles como Edmundo Tlatlehui. En las zonas priistas del interior del estado obtuvo votos su fórmula a la dirigencia, Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro.

 

Peeeeero le faltaba demostrar el poder al interior del PAN. Apostó alto y ganó mucho. Al final, la inclusión en su estructura y la expectativa de convertir a Puebla en bastión opositor a la Cuarta Transformación, como Querétaro, Guanajuato y Aguascalientes, resultaron más que claves para ganar.

 

La victoria no tiene sustituto. Ya le habíamos comentado que el ganador de la interna panista se llevaría todo y así fue.

 

La dirigencia nacional de Marko Cortés, fiel al pragmatismo, terminará por reconocer la nueva realidad panista en Puebla, porque no va a crear otro frente de presión para evitar que el partido se le salga de las manos.

 

En política, percepción es realidad.

 

Y hoy en el imaginario colectivo, la Sagrada Familia tiene autoridad y cuenta con poder, no más, no menos.

 

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