Por Valentín Varillas
Todo un éxito resultó la edición del 2021 del Maratón de la Ciudad de Puebla.
Una justa necesaria en términos deportivos y de convivencia social, después de meses de encierro producto de la pandemia.
Patrocinadores, autoridades y participantes, le dieron forma a una auténtica fiesta para disfrute de los poblanos.
No siempre fue así.
En el 2006, durante la administración de Mario Marín, el maratón local fue una auténtica vergüenza mundial.
En esa ocasión, los encargados de definir el recorrido cometieron errores garrafales y la distancia total que se corrió fue de tan solo 39 kilómetros.
No los 42 km 198 metros reglamentarios.
En un afán de ahorrarse una lana, no contrataron a la empresa profesional que tradicionalmente determinaba el recorrido y recurrieron a trabajadores que ocupaban un lugar bastante discreto dentro del organigrama del Instituto Poblano del Deporte.
Personal sin la experiencia ni la capacitación mínima requerida para realizar esta tarea.
Los primeros en darse cuenta fueron los propios corredores, a través de sus entonces innovadores relojes equipados con GPS.
La distancia que recorrían no coincidía con la señalización oficial de la carrera.
Al terminar el recorrido, los dispositivos, todos, marcaban que al recorrido le habían faltado más de 3 kilómetros.
Al darse a conocer el resultado final y el tiempo del ganador, el error se confirmó.
El keniano Samuel Kiprotich hizo 2 horas 8 minutos 47 segundos, algo casi imposible tanto por el propio nivel del atleta como por las dificultades de la propia carrera.
Ese mismo año, el brasileño Marilson Gomes Dos Santos ganó el maratón de Nueva York con un tiempo de 2 horas 9 minutos 58 segundos, marca considerada por los especialistas como un auténtico “tiempazo”.
El recorrido de la justa neoyorquina es mucho más benévolo que el del maratón de Puebla y ahí se corre a nivel del mar.
¿Cómo explicar que el keniano, un atleta de segundo nivel que corría solamente maratones en México, haya mejorado por mucho el tiempo realizado por quien era uno de los mejores corredores del mundo?
Y es que la misma historia deportiva de Kiprotich echa por tierra la verosimilitud de su “récord nacional”.
Estos fueron los tiempos que hizo en maratones que corrió antes del de Puebla:
Guadalajara, octubre de 2006: 2:16:18
Yucatán, junio de 2006: 2:24:50
Torreón, marzo de 2006: 2:21:54
Como puede ver, ninguno de los tiempos anteriores se acercó siquiera a la marca registrada en Puebla de 2:08:47, un tiempo que jamás en su carrera había conseguido.
Es más, por si le queda alguna duda, el ganador del maratón del pasado domingo fue el también keniano Roger Ondati con un tiempo de 2 horas 17 minutos y 49 segundos: 8 minutos más que lo que registro Kiprotich en el 2006.
Lógico, el actual ganador si corrió un maratón completo.
Anécdotas reveladoras que nos sirven para engrosar el ya de por sí catálogo de vergüenzas que tuvieron a Puebla como protagonista en aquellos tiempos.