Por Valentín Varillas
Escribe Facundo Rosas, ex Secretario de Seguridad Pública estatal en parte del sexenio de Rafael Moreno Valle, líneas que reflejan su indignación por lo que considera una fallida estrategia de combate al huachicol por parte de los actuales gobiernos, federal y estatal.
En su columna publicada por el portal e-consulta, nos regala auténticas joyas en donde se desgarra las vestiduras por la complicada realidad que vive el estado, y en general el país, por la frecuencia y las consecuencias en la comisión de este delito.
Aquí algunos reveladores ejemplos:
“…a lo largo de los últimos años, cuando a nivel federal se nos prometió que con la llegada de la 4T las cosas serían diferentes, que ya no habría robo de combustible y que en el caso de la gasolina disminuyó en 95 por ciento, lo cual a todas luces resultó ser una mentira ya que las tomas clandestinas se mantienen en los mismos niveles de 2018.”
Y agrega:
“…quienes hoy gobiernan a nivel federal y estatal, y hasta hace escasamente 18 días a nivel municipal, no dejaron de cuestionar por qué las autoridades locales no hacían algo más al respecto y en varias ocasiones aseveraron que estaban coludidas, como es el caso de la administración del extinto Rafael Moreno Valle. Que diferente se veían los toros desde la barrera a cómo se ven hoy desde el centro del ruedo y con la “bestia” enfrente.”
A Don Facundo le faltó mencionar algunos datos relevantes que son un reflejo claro, real y contundente de cómo, en el gobierno de su tan querido Moreno Valle, se establecieron las bases para generar un esquema de protección y fomento a las bandas dedicadas al robo de combustible de Pemex y su consecuente infiltración en las instituciones del Estado y en distintos niveles de gobierno, sobre todo en los ayuntamientos.
Y son datos duros, no únicamente opiniones basadas en filias y fobias.
Números de Pemex, muestran que, en ese sexenio, el número de tomas clandestinas creció en un 3152% en el estado de Puebla.
Sí, cuando él estuvo a cargo de la seguridad pública estatal.
Y que del 2014 al 2018, el incremento fue del 496%.
Contundente ¿no?
Pero el ex funcionario hoy se queja de que a partir de la llegada del nuevo gobierno federal, las tomas clandestinas se mantienen en el mismo nivel.
En su columna, Rosas Rosas se indigna de que se maneje que en la administración de Rafael, las autoridades estaban coludidas con los “huachicoleros”.
Tal vez ya se le olvidó que, el 14 de julio de 2015, elementos del ejército mexicano detuvieron al entonces director de la Policía Estatal Preventiva, Marco Antonio Estrada López y al responsable del grupo de Operaciones Especiales, Tomás Mendoza Lozano, por brindar protección a las bandas de la delincuencia organizada encargadas del robo de combustible de Pemex.
Por cierto, dos de sus hombres más cercanos, miembros de su círculo íntimo y de mayor influencia.
Imposible creer que su jefe directo, el otrora todopoderoso secretario, no supiera de los pactos inconfesables y los amarres en lo oscurito a los que llegaban sus subordinados con la crema y nata de las bandas criminales dedicadas a este delito.
Una locura.
El texto de Facundo, no solo indigna, sino que representa un atentado a la inteligencia más elemental.
Es como si Marcial Maciel hubiera escrito un libelo condenando la pederastia en el seno de la iglesia católica.
O bien, si El Chapo se flagelara públicamente por las consecuancias que la he traído al país el narcotráfico y el famoso “mochaorejas” pontificara sobre el aumento exponencial del secuestro en el país.
“Peores cosas veremos, absurdos mayores oiremos”-reza el clásico.