Por Rocío García Olmedo
Cuando se habla de responsabilidad social, hablamos del compromiso compartido entre autoridad y ciudadanía para actuar de forma libre a fin de contribuir en el bienestar colectivo.
Con el inicio de las clases presenciales en nuestro país y nuestro estado, la necesidad de actuar con este principiose vuelve indispensable.
Los niños, niñas, jóvenes y adolescentes que participan del modelo híbrido diseñado por las autoridades para el regreso a clases que comienza este lunes 30 de agosto, deberán extremar precauciones con el objetivo de que el modelo funcione y logre su misión de recuperar el nivel académico que fue afectado con las clases virtuales desde marzo del 2020, sin embargo ese esfuerzo no debe ser aislado y mucho menos individual, se trata de una tarea que debemos acompañar como sociedad.
Y aquí entramos todos, tanto quienes tienen hijos en edad escolar como quienes no los tenemos.
De nada servirán las medidas de higiene en las instalaciones educativas, sino se tienen también en las inmediaciones de las mismas, los traslados, en el transporte público, a la hora de la salida, en casa, los fines de semana, ente muchos otros espacios donde el virus esta presente.
Mientras los niveles y la velocidad de vacunación no avance en nuestro país, las medidas de cuidado como el uso correcto del cubreboca y el distanciamiento social son las mejores armas en contra de la COVID-19 que sigue arrebatando la salud y hasta la vida de muchas y muchos, todos los días.
Los discursos y anuncios de las autoridades sobre el avance de la vacunación, de poco sirve si no nos comprometemos como sociedad a tener una actitud responsable.
Se trata de una una situación en la que seguimos exigiendo celeridad en las acciones de las autoridades y responsabilidad para llevarlas a cabo de forma oportuna, pero al mismo tiempo hacemos eco de la necesidad de asumir nuestra responsabilidad como sociedad para detener los contagios.
No se trata de mantener detenida la actividad diaria, pero sí de actuar de forma prudente ante las condiciones que aún propicia esta pandemia.
Nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes necesitan no solo indicaciones, necesitan el ejemplo de cómo actuar de manera responsable. Así podrán mantenerse sanos y mantener a su familia sin riesgos.
Nuestros deseos es que los padres de familia decidan libremente si el modelo educativo que adoptarán sus hijos en este ciclo escolar 2021-2022 será a distancia, presencial o híbrido.
Deseamos también que los maestros afronten este reto de educar con calidad y precisión con el fin de recuperar el tiempo perdido.
Y que todos como sociedad contribuyamos para que este regreso a clases no provoque un nuevo repunte en los contagios de coronavirus.
Mis mejores deseos para todas y todos.