26-04-2024 09:40:51 PM

INE, el pagano

Por Valentín Varillas

 

No, no es sorpresa que en el discurso oficial se intente culpar al INE por el 7% de participación que tuvo la consulta del pasado domingo.

Al contrario, de acuerdo a la estrategia de ataques sistemáticos que desde la presidencia se ensaya obsesivamente contra el Instituto, esto era lo que términos beisbolísticos se le conoce como un “strike cantando”.

No tuvieron elementos reales, claros, contundentes para cuestionar a la autoridad electoral en el proceso del 6 de junio.

Lo que sucedió aquel domingo en términos de organización y certeza en los resultados, jamás empató con los anuncios de fraude anticipado que sazonaron varias mañaneras.

Tampoco existe una causa real -más allá del enojo por la muy pobre respuesta ciudadana a la convocatoria del gobierno federal- para poner en entredicho su papel en la consulta.

Fueron instaladas el 99.95% de las mesas.

Se siguieron al pie de la letra las condiciones aprobadas por el Congreso de la Unión en términos del tiempo de difusión y del presupuesto asignado para el desarrollo de la consulta.

Y lo más importante: la pregunta en cuestión fue redactada exactamente en los términos que aprobó la Suprema Corte de Justicia de la nación; ahí no tuvo nada que ver el INE.

Lo que realmente preocupa es que ahora, se pase de la retórica a la consigna.

No abona para nada a la vida democrática nacional el amague de inicio de procedimientos de juicio político en contra de quienes hoy son parte de la columna vertebral del Instituto.

Además, en el colmo del absurdo, si los incondicionales del presidente y su partido aseguran que la consulta del domingo fue “un éxito”, no deberían de existir siquiera la más mínima duda del actuar del órgano electoral.

Sin embargo, desde el inicio de este sexenio, nos ha quedado claro que a AMLO no le gustan los contrapesos.

Le molestan, lo incomodan de sobremanera.

No es casual que uno de los principales objetivos de AMLO sea el generar las modificaciones legislativas que sean necesarias para desaparecer a organismos autónomos o bien, rendir a poderes ajenos al ejecutivo.

No entiende el por qué, en su ámbito de influencia y de acuerdo a lo que establece el texto constitucional, no puede hacer lo que le venga en gana.

Se le dificulta entender conceptos como la división de poderes, la autonomía, los contrapesos y demás.

Justificado, si tomamos en cuenta la época y en el ambiente en el que se formó políticamente.

Aquellos tiempos oscuros del priismo autoritario, del régimen de partido único.

Tiempos que creíamos superados.

Usos y costumbres que más de 30 millones de mexicanos repudiamos en las urnas, pero que parecen hoy estar más vivos y vigentes que nunca.

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