Por Alejandro Mondragón
El presidente Andrés Manuel López Obrador sigue en su ruta de la provocación para polarizar con opositores y sostener la agenda del debate nacional.
Ante los graves problemas económicos, sanitarios y de seguridad que se registran en el país, ahora le entra al juego de la sucesión presidencial.
¿Usted cree que López Obrador no sepa ya cuál será la carta a emplear para el 2024, a estas alturas donde la Cuarta Transformación se convirtió en el eje de la trascendencia política de su proyecto?
AMLO quiere tener vigencia, después del 2024, con su proyecto 4T, no él, de ahí que comenzó más que en mostrar su baraja, en realidad de proteger a su carta.
Las porras en la reunión morenista del tercer aniversario del triunfo de López Obrador, en el Auditorio Nacional, a favor de Claudia Sheinbaum no representó la mínima desaprobación presidencial.
Es la mujer con la que mejor identidad tiene Andrés Manuel para dar continuidad a la 4T.
Dejó pasar, dejó hacer, simplemente. Siguió con su baraja de perfiles, además de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, con el canciller Marcelo Ebrard; la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier; el representante ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente; el embajador en Estados Unidos, Esteban Moctezuma; y añadió a Rocío Nahle, titular de Energía.
Una mujer en la presidencia parece ser el proyecto, al que comenzaron a combatir con la tragedia de la línea 12 del metro, la elección de alcaldes en la cdmx y la inseguridad.
Adelantar los tiempos de la sucesión, a la mitad de su sexenio, es una forma de comenzar a ver cómo se comportan propios y extraños. Con quién contará y con quién no.
Qué personajes dejarán el barco de la 4T para crear su propio bote que les permita por fuera alcanzar la postulación opositora ante la famélica caballada que traen PAN, PRI, PRD y MC.
Los ojos hoy están puestos en Ricardo Monreal, el senador, a quien acusan al interior de Morena de traición al proyecto de la 4T.
Y qué me dice de los gobernadores/as que hoy serán factores en el país y representan los intereses de López Obrador.
Será el juego de equivocarse.