Por Jesús Manuel Hernández
Un viejo y hoy desaparecido radiodifusor poblano acostumbraba decir “guarda la factura en el cajón” cuando se refería a algún cliente moroso o alguien que había usado la plataforma de comunicación para fines personales, y efectivamente les guardaba la factura y algún día la sacaba.
En política también hay facturas que se guardan, a veces se considera a los agravios una factura, otras, se trata de esos favores, apoyos, dádivas, recompensas por trabajos, que al final de una campaña se convierten en eso “facturas” que han sido guardadas en el cajón, pero que en el ejercicio del gobierno se van pagando.
Por ejemplo, el caso de la detención de Lydia Cacho en el sexenio de Mario Marín, se consideró por los conocedores como el pago de una factura adeudada a Nacif, es decir, algún favor económico para la campaña habría sido puesto en la mesa a cambio de la detención.
Famosas son las aportaciones de los empresarios poblanos, casi siempre de constructores, que apuestan con dinero en efectivo a favor de tal o cual candidato en espera de ser recompensados en caso de ganar. De ahí que las comidas y cenas de “recaudación” a veces reúnen a las mismas personas en torno a varios candidatos, así se aseguran de que gane quien gane, la factura se cobrará.
La campaña por la Presidencia Municipal de Puebla podría enfocarse en este rubro de las facturas pendientes.
Se trata de dos contendientes principales, que buscan la reelección, Claudia de manera inmediata y Lalo con años de diferencia.
Hace unos meses circuló un estudio entre empresarios locales sobre los pronósticos de triunfo de ambos, a Claudia Rivera se le definía como una figura dura dentro de MORENA, con el favor de los grupos nacionales, incluso del presidente y su esposa, y con posibilidades de ganar si la base, la estructura, le daba el voto al final. El estudio resaltaba la enemistad del gobernador Barbosa con la candidata y la preferencia del ejecutivo por Gabriel Biestro, de donde se concluía que si Claudia Rivera repitiera no le debería el favor al gobernador.
El mismo estudio resaltaba que el PAN tenía muchas ventajas como oposición, varios nombres se sugerían junto con el de Eduardo Rivera para ser postulados al Palacio Municipal, tanta confianza despertaba el PAN, sólo, que se decía que ganaría con cualquiera. El estudio resaltaba que el gobernador no veía con malos ojos a Eduardo Rivera, pero siempre vería mejor a Biestro. En consecuencia las estrategias para apoyar o bloquear a los contendientes, dejaron fuera a Eduardo Rivera, en una especie de “ayuda” desde una quinta columna para allanarle el camino, “no lo toquen” fue la orden.
Alguna de las conclusiones se refería al riesgo que tendría Eduardo Rivera de ganar y deberle el favor al gobernador Barbosa. Esa versión fue puesta en redes y desmentida por el Ejecutivo y también por el luego candidato.
Pero a últimas fechas, con la inclusión de personajes del PRI, como Jorge Estefan Chidiac en la lista de plurinominales al Congreso del Estado, aparecen nuevas versiones e interpretaciones de aquél estudio, el PRI seguramente negociará con Barbosa y entonces Lalo Rivera quedará a merced de los intereses contra los que ha luchado.
A una semana de las elecciones muchos se preguntan y cuestionan si Eduardo Rivera lograría ser un presidente municipal independiente del Gobierno del Estado, o viviría una especie de “deja vú” de su experiencia con Rafael Moreno Valle.
Y en un círculo muy cerrado se muestra ya una preocupación sobre los temas de seguridad pública. Claudia Rivera se ha mantenido firme en sus decisiones de manejar a la policía municipal, cual es su facultad, y no obedeció la recomendación del gobernador.
¿Eduardo Rivera aceptará en sus primeras declaraciones el mando único o se revelaría?, se preguntan.
Y las apuestas se inclinan por pronosticar que Eduardo Rivera no podrá lograr la independencia del gobernador en caso de ganar las elecciones, lo que le dejaría colgado de la brocha en aquello de “corregir el rumbo”, pues volvería a ser una especie de empleado de Casa Aguayo.
¿Qué facturas tendrá que pagar Lalo Rivera?
Es un asunto que habrá que reflexionar frente a las boletas.
O por lo menos, así me lo parece.