29-03-2024 02:57:48 AM

El Laberinto de Claudia Rivera

Por Alejandro Mondragón
 
En un laberinto entró la alcaldesa que busca la reelección por Morena y PT, Claudia Rivera Vivanco, ante el escándalo que involucra a su amigo y compañero de lucha, Andrés García Viveros, por acoso sexual y laboral.
 
El tema no le quita votos, pero sí retira apoyos, en la recta final de las campañas y el día D. ¿Le sostendrán -todos aquellos que ya prometieron- los respaldos para la movilización en la jornada electoral?
 
Lo que ocurre es que a Rivera Vivanco le arrebataron la esencia de su causa: primero las mujeres.
 
La grabación que ha circulado sobre el encuentro que tuvo con Karina, la agraviada y quien interpuso una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, tiene agravantes de lugar y tiempo.
 
Fue en la mismísima oficina de la Presidencia Municipal, donde se efectuó la reunión en la que –según la conversación- la alcaldesa le pide aceptar las disculpas de Andrés y firmar su renuncia voluntaria.
 
Tiempo después, ella acaba por renunciar, en tanto a Andrés lo nombra Jefe de la Oficina de la Presidencia. Es decir, la victima es despedida y el agresor, premiado.
 
Otro punto tiene que ver con que desde el 28 de mayo del 2020, fecha de la reunión con Karina, ella tenía pleno conocimiento del tema, pero un año después el periodista Mario Alberto Mejía le preguntó sobre el particular y ella afirmó no saber del caso.
 
“Andrés es mi compañero de lucha; no tengo conocimiento de la denuncia que refieres”, fue lo que afirmó y quedó grabado en el programa de Las Intimidades Colectivas.
 
“Nos ibas a meter en un lío”, le dice Claudia a Karina en la conversación de finales de mayo del 2020 y que dura 23 minutos, divulgada por los diarios Cambio y ContraRéplica.
 
“Acepta la disculpa y seguiremos trabajando”, le agrega al minuto 6.43.
 
Karina le responde que su tema no es profesional, sino personal, porque sigue el acoso sistemáticamente.
 
“Todo es confianza, firma la renuncia y hasta irás a otro lugar a trabajar”, le insiste la hoy candidata, quien no ha negado que sea su voz.
 
“Karina veme a los ojos y confía en mi. Necesito confiar en ti. Ayúdame”, le implora.
 
“No puedo firmar algo voluntario por lo que pasó”, le responde Karina.
 
Después a la empleada municipal la reubicaron a recepción en la Presidencia, sin acceso a ninguna información como también se escucha en otras grabaciones en las que intervienen Silvia Salas, de Enlace Administrativo; y Mónica Pérez, directora de la Agenda Municipal.
 
Rivera Vivanco ya había reestructurado su primer equipo para marginar a García Viveros, lo que se vio con su negativa a respaldar a su cuñado Iván Galindo en la candidatura a diputado federal del distrito XI que dejó otro impresentable, Saúl Huerta.
 
En realidad, el círculo rojo quedó integrado por su madre Eloísa Vivanco, Liz Aceves y Magaly Herrera, pero fue demasiado tarde porque el daño de García Viveros estaba hecho.
 
El tema de género fue empleado por Rivera Vivanco como forma de vida y en cada momento siempre exhibió su respaldo a la mujer, pero ya había sufrido una severa fisura con la denuncia de violencia de género que presentó su exconsejera jurídica, Yasmín Flores Hernández, la cual sigue sin resolverse. Ahora con el caso Karina se derrumbó.
 
En política hay dos cosas que uno debe tener en claro: o sales a cazar o permites que te cacen. Y Rivera Vivanco la cazaron y metieron en un laberinto en el que, por otros personajes, no halla salida.
 
Es la última semana de la campaña, la marca Morena está 10 puntos arriba de todo, pero ello no implica necesariamente que la pueda jalar si no detiene la sangría.
 
El poder no es de afectos. Regla Uno.

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