Por Valentín Varillas
El camaleónico Mario Rincón, aparece nuevamente en la escena política poblana vendiéndose como operador electoral de Morena.
Vaya “activo” para el partido en el poder.
El ex priista, ex morenovallista, ex elbista y ex…lo que sea, no se ha caracterizado precisamente por su efectividad al momento de sumar votos a favor de cualquier proyecto, ni siquiera de los suyos propios.
Así pasó en el 2015, cuando compitió por la diputación federal en el distrito 7 con cabecera en Tepeaca.
Precisamente contra quien hoy aparece como su padrino en el Movimiento de Regeneración Nacional, el senador Alejandro Armenta.
A pesar de que Rincón contaba con todo el apoyo de la operación electoral y de recursos desde Casa Puebla, ordenada por Rafael Moreno Valle, perdió de manera aplastante por más de 21 mil votos.
Madriza.
De nada le sirvió a Rincón haber sido Secretario General de Gobierno del propio RMV y por lo tanto, un perfil que era considerado como “prioritario” en el presupuesto electoral del morenovallismo.
No pudo.
Además de su evidente incapacidad como operador electoral, Morena tendrá que correr el riesgo de sumar a sus filas a un perfil que tiene en sus genes, muy arraigada, una comprobada vocación a la traición.
La más reciente, de las muchas que ha protagonizado, se dio en su fugaz paso por las Redes Sociales Progresistas.
Como homenaje a quien fuera su ahijado político, además de su más avezado alumno, Rafael Moreno Valle, Elba Esther Gordillo decidió sacar del desamparo político a Mario Rincón González integrándolo a RSP.
Sin ningún mérito de por medio y simplemente por haber sido parte del grupo cercano al ex gobernador de Puebla, le obsequió importantes cargos en las delegaciones nacionales de Veracruz y Puebla.
Rincón devolvió semejantes cortesías, ayudando a la génesis de un movimiento interno, que buscaba arrebatarle a “la maestra” el control de la organización, justo cuando estaba a punto de cumplir con los requisito de ley necesarios para convertirse en partido político nacional.
Traición al más alto nivel.
Seducido por el canto de otra traidora “sirena”, Juan Enrique Peña Neder, Rincón creyó que desbancando al elbismo de las Redes, iba a poder escalar a un lugar de privilegio dentro de la estructura, sin haber contribuido jamás, ni a su creación, ni a su fortalecimiento.
No les salió la jugada.
Ambos salieron abruptamente de las Redes, una vez que se demostrara que llevaron a cabo acciones de maltrato a liderazgos regionales y que intentaron vender candidaturas a futuro, en todo el país, una vez que se concretara el inminente registro de la asociación como partido.
Vaya antecedentes.
Con semejante currículum a cuestas, Rincón es la más nueva y flamante contratación de Morena en Puebla.
Sí, una auténtica receta para el desastre que resta mucho más, de lo que pudiera llegar a sumar.
Demencial.