Por Alejandro Mondragón
Ahora que las miradas -para garantizar la independencia y legalidad de los comicios- se enfocan hacia el árbitro de la elección, bien valdría la pena revisar el comportamiento de las autoridades poblanas.
Para empezar está el Tribunal Estatal Electoral, cuya presidenta Norma Angélica Sandoval, tiene candidata y hasta asesora a su equipo en denuncias que existen en su contra.
Todo aquello que llega al TEEP referente a la alcaldesa con licencia, Claudia Rivera Vivanco, o sus más cercanos, recibe un tratamiento especial sobre otras denuncias. Le cuida las espaldas, pues.
¿Será por afinidad de género?
¿Por qué la protege de las denuncias de violencia hacia mujeres?
¿Acaso por su anti barbosismo?
Lo cierto es que la oposición tendrá que estar más que alerta, porque algo le prometieron y puede cargar los dados en momentos claves de la elección.
De hecho, Norma Angélica Sandoval operó a favor de impugnaciones de “panistas” cercanos a la candidata morenista contra la nominación de Eduardo Rivera Pérez, postulado por el PAN, PRI, PRD, PSI y CPP a la alcaldía y adversario de su amiga Rivera Vivanco.
No es pecado tener candidata como ciudadana, está en su derecho, el problema radica en que ocupa la presidencia del organismo que sancionará los comicios locales.
De por si el Tribunal Electoral del Estado de Puebla sigue sin consolidar su posición con magistrados, luego del escándalo de la postulación de Fredy Erazo, personaje muy cercano al senador Alejandro Armenta Mier.
Su nombramiento fue anulado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Los senadores tampoco cumplieron con designar de la lista que ya existía de mujeres y se optó por una externa, la cual también hoy está impugnada.