25-04-2024 05:00:31 AM

Banalizar la política

Por Valentín Varillas

 

Como nunca, todo tipo de personajes ajenos a la vida política nacional, buscarán cargos de elección popular en el proceso de junio próximo.

Y hay de todo, como en botica.

Y en todos los partidos.

Artistas, cómicos, cantantes, reinas de belleza, deportistas de alto y muy bajo nivel, integrarán buena parte de la oferta electoral en este 2021.

Las razones que explican lo anterior son variadas.

Por un lado, es evidente que los partidos políticos han fallado rotundamente en el proceso de formación de cuadros potencialmente competitivos.

Que la ley electoral vigente, a través del esquema de “cuotas de género” ha obligado también a tomar este tipo de decisiones.

No hay que olvidar que, en la vida interna de la gran mayoría de los partidos, las mujeres que son parte de su militancia, no encuentran las condiciones necesarias para su pleno crecimiento y desarrollo en la política.

De esta manera, muchas de ellas no cumplen con los cada vez más caprichosos criterios de la rentabilidad electoral, por lo que hay que buscarlas afuera.

Y sus espacios son llenados por estas figuras populares que, a diferencia de quienes le han dedicado años y sacrificio al partido en el que creen, no tienen ningún mérito para obtener las candidaturas.

Vaya injusticia.

Sin embargo, los partidos y sus dirigencias no son los únicos responsables del terrible “changarreo” de las opciones.

Sus estrategas se han dado cuenta que existe un segmento de mercado que vota por este tipo de personajes.

Que el sentido de su sufragio no es en función de su programa o proyecto, sino de su glorioso pasado en el mundo del cine, la TV, la música, el futbol, la lucha libre o demás.

Sí, como votantes tenemos mucha culpa de la banalización de la vida pública nacional.

Y perdemos de vista las terribles consecuencias que esto trae, o bien nos damos cuenta demasiado tarde.

¿Son ellos realmente los idóneos para ocupar los cargos más importantes en la política y el servicio público, cuando vivimos la realidad más complicada en la historia moderna del país?

No me mal entienda, están en pleno uso de sus derechos políticos.

La propia Constitución es la garante de ese beneficio: el de poder votar y ser votado.

Pero la historia también es clara, contundente: este tipo de experimentos, en el caso de México, jamás han salido bien.

Las incursiones de famosos en puestos de altísima responsabilidad ha sido un absoluto y rotundo fracaso, con consecuencias para la vida de cientos de miles de personas.

Quienes defienden esta estrategia argumentan que no hay mucho que perder, que no nos puede ir peor que como nos ha ido con los políticos profesionales.

Yo únicamente les pediría que volteen a ver lo que está sucediendo en Morelos, antes de llegar a conclusiones apresuradas.

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