Por Alejandro Mondragón
Ya no tarda en darse una tregua en las hostilidades entre el gobierno de Luis Miguel Barbosa y la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco.
La razón es simple: el enfrentamiento afectó notablemente las proyecciones de Morena rumbo al 2021.
Desde la Federación se ha comenzado a trabajar en el tema, al igual que entre candidatos a la dirigencia nacional de Morena.
Esta tregua ocurrirá después de la nominación del candidato nacional de Morena, cuyo método será la encuesta sancionada por el Instituto Nacional Electoral.
Hay más detalles finos que después le comentaré, pero no sólo será el único frente a tratar.
En otros sectores también se avanzará hacia acuerdos por conveniencia que permitan despresurizar la política local, contenida por la pandemia del coronavirus.
Ahí está el caso de la maestra Elba Esther Gordillo, quien hace unos días anduvo en Puebla, como lo narró el quintacolumnista Mario Alberto Mejía. Ella aún cuenta con una estructura de movilización no reconocida como partido, pero real para el día de los comicios.
Después de su visita, la empresa Cosmocolor, de Jorge Kahwagi, personaje muy cercano a la ex lideresa del SNTE, ganó el contrato nacional para la elaboración, impresión y emisión de licencias de conducir en Puebla.
Esa pugna de convertir la elección de dirigente en Morena en una adelantada sucesión entre Marcelo Ebrard (con Mario Delgado) y Claudia Sheinbaum (con Porfirio Muñoz Ledo) prendió los focos rojos de la división en las regiones y pretenden detener la sangría de la confrontación.