25-04-2024 09:54:59 AM

Obsesión por la silla o… “Adios México Libre”

Por Rodolfo Rivera Pacheco

Llegar a ser Presidente de México es el máximo honor que pudiera alcanzar un político sin lugar a dudas. Pero para quien llega, es quizás también el inicio de una larga enfermedad obsesiva que no termina cuando deja el cargo… quizás sea cuando se agudice.

Ser Presidente de México después de la independencia y una vez instaurada la República en sus distintas modalidades ha sido el motivo de guerras, cuartelazos y hasta intervenciones extranjeras. Y durante todo el siglo XX significó tener el más grande poder, que varios de los que lo ejercieron, se han negado rotundamente a dejarlo.

Así le pasó a Obregón, a Calles, a Cárdenas y más recientemente a Echeverría, a López Portillo, a Carlos Salinas de Gortari y sí, ya muy cercanos, a Vicente Fox y… Felipe Calderón.

Decidir sobre cualquier asunto y tener siempre el poder de manejar cualquier institución para beneficio propio o de los suyos representa un encanto difícilmente renunciable. Y verdaderamente se convierte en una seria enfermedad cuando… lo tienen que dejar.

¿Qué opinarían los críticos y malquerientes de Andrés Manuel López Obrador si terminando su gestión insistiera en seguir comandando el partido de su creación y se propusiera lanzar a la Presidencia a su esposa Beatriz Gutiérrez Müeller?

Se llenarían páginas enteras de críticas, ataques, denostaciones e insultos ante tal pretensión poco democrática. Un absurdo exceso el querer dejar a su esposa en la Presidencia y seguramente desde ahí manipularla para seguir ejerciendo él el poder tras bambalinas, ante la imposibilidad constitucional de ser él mismo el primer mandatario.

Bueno, pues eso justamente es lo que quiere Felipe Calderón Hinojosa, ex Presidente de México. Él ya no puede ser candidato presidencial y se peleó con el partido que lo llevó al poder. Pues entonces ahora quiere fundar su propio partido y lanzar a su esposa como candidata (lo intentó en 2018 con una candidatura independiente pero no lo logró).

Felipe Calderón ya fue Presidente de México. Bien o mal llevó los destinos de este país. Con una pésima candidata su partido perdió las elecciones presidenciales. Y él debió haberse retirado dignamente a seguir una vida discreta y sin problema económico alguno (el único que ha logrado tal objetivo es Ernesto Zedillo, quien nunca ha vuelto a la vida pública como tal en nuestro país y hoy es miembro de organizaciones mundiales y consejos de administración de empresas internacionales. Quizás sea un tipo influyente y quizás hasta le soliciten asesorías distintos políticos en activo, pero él como tal está retirado de la política mexicana).

Pero no. No puede olvidar el poder que tuvo. La obsesión por la silla presidencial intentar revivirla aunque sea con la esposa. Y esto no es una crítica “misógina”. Es una crítica a la perversa y hoy común ambición de no pocos políticos de querer dejar a su mujer (o algún pariente) en el cargo que ellos tuvieron, para desde ahí poder seguir teniendo… poder. Desde Presidentes Municipales, Gobernadores y desde luego Presidentes de la República (Vicente Fox lo exploró con la nefasta Martha Sahagún, todos lo recordamos).

Carajo ¿En verdad no pueden retirarse dignamente y dejar que otros destaquen y propongan nuevas alternativas?

Repito mi pregunta… ¿Qué pensarían si Andrés Manuel López Obrador quisiera lanzar a su esposa como candidata Presidencial? Yo creo que hasta los mismos de MORENA lo lincharían, literalmente.

Bueno. Pues Felipe Calderón fundó su propia organización. “México Libre” es el nombre de batalla (el nombre de su organización es otro y ni sé cuál es). Y desde luego que de obtener el registro, lanzaría a Margarita Zavala como candidata Presidencial en 2024 y seguramente él como candidato a Diputado Federal ahora en 2021.

Pero no. El INE, por mayoría de votos de sus Consejeros (7 vs. 4), ha determinado que no se le otorgará el registro como partido porque hay serias lagunas para demostrar los recursos que obtuvo para sus Asambleas y actividades. La misma determinación fue para prácticamente todas las organizaciones que pretendían ser partido Político (incluido el de la nefasta Elba Esther Gordillo, quien otra vez quiere tener partido propio y venderse al mejor postor).

Calderón y Zavala no tardaron en decir que esto es una disposición por “presión del Presidente López Obrador”, que es una injusticia, que es una decisión ridícula y bla bla bla.

Y el Presidente López Obrador ni tardo ni perezoso salió a burlarse de la determinación del INE y le propone a Calderón que haga manifestaciones pacíficas para reclamar el fallo o que “pida ayuda a sus amigos que lo apoyaron para el fraude de 2006”.

Exceso de uno y de otro.

Por cierto, el que México Libre no sea partido (falta la impugnación que harán ante el TEPJF, aunque yo creo que la determinación será igual que la del INE) NO es la mejor noticia para AMLO y MORENA: México Libre le podía quitar dos o tres puntos porcentuales al PAN en la próxima elección y con ello dividir la oposición al partido del Presidente.

¿O será que, como algunos mal pensados ya advierten, es un favor que el Presidente hace al PAN para que no haya tanta guerra contra sus disposiciones y hasta les respete victorias en Gubernaturas, en “concertacesiones” renovadas ahora dictadas por el máximo crítico del concertacesionador original llamado Carlos Salinas de Gortari?

Especulaciones puras. Pero de que el no registro de México Libre fortalece al PAN, es un hecho. Ya veremos cómo votan los Magistrados del TEPJF.

Pero para terminar y volviendo al tema original.

¿Qué tendrá esa pinche silla que vuelve locos a todos? (lo mismito se preguntaba Pancho Villa y hasta fue a sentarse en ella, ante la mirada curiosa de Emiliano Zapata).

Cierro con lo mismo que he venido diciendo durante meses: No. Nada está decidido para la próxima elección. Siguen y seguirán pasando taaantas cosas.

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