Por Rodolfo Rivera
Esta semana se cumplen cuatro meses de cuarentena-confinamiento obligatorios por la emergencia de la pandemia del COVID19 en México. El 23 de marzo el Dr. Hugo López Gatell hacía un llamado desesperado a “quedarse en casa” para evitar que crecieran los contagios en forma descontrolada.
Han pasado muchas cosas desde entonces. Pero la epidemia sigue y no se ha podido controlar. Hasta el momento de escribir esta columna ya van unos 39 mil muertos por COVID19 y ha habido unos 340,000 contagiados. Recuerdo cuando en abril López Gatell dijo que quizás habría unos 6,000 muertos en el “pico de la pandemia”.
Pero no ha ocurrido así. Y el recurso fácil de la oposición y no pocos Gobernadores enemigos del Presidente López Obrador es culpar a López Gatell por “mentir” y al propio Presidente por “no tomar medidas adecuadas” para combatir la pandemia.
Desde luego es un recurso natural de la oposición, aunque la verdad es que en ningún país del mundo se estaba preparado para esta situación. Ningún Gobierno estaba listo para enfrentar una pandemia de estas dimensiones. Algunos han implementado algunas medidas que les han funcionado, a otros no, dependiendo del país y su población, niveles educativos y hasta sus índices económicos.
Los europeos, con excelentes sistemas de salud y niveles educativos sufrieron momentos críticos de contagios y muertes. Hoy los han detenido en lo general, aunque ha habido rebrotes en algunos de ellos. ¿Los gobiernos europeos son ineficientes y poco preparados? Para nada. Y aún así han vivido terribles etapas de esta pandemia y hoy siguen sin controlar de todo la situación, países como Gran Bretaña o Francia.
Pero América Latina es otra realidad. Los niveles de pobreza y hacinamiento en sus grandes concentraciones urbanas han provocado necesariamente una gran proliferación del virus y los contagios. Los gobiernos menos estaban preparados y no cuentan con los recursos con los que sí tienen los europeos. Entonces aquí será doblemente complicado superar la epidemia.
Aunque tampoco en el país más desarrollado del mundo se ha podido controlar la epidemia. Hasta ayer, ya son casi 4 millones de contagiados en Estados Unidos de América y unos 144 mil muertos. ¿Ahí no hay hospitales suficientes y equipados? ¿Ahí no hay Universidades con Médicos preparados y eficientes? ¿Estados Unidos no cuenta con recursos suficientes? ¿La gente no es preparada y son muy pobres? Ninguna de estas preguntas tiene respuesta negativa. Y aún así, es el país con más muertos y contagios del mundo.
No. La pandemia afectó en mayor o menor grado a todos, países ricos, pobres, preparados o subdesarrollados. Y a gobiernos de izquierda, de derecha y de centro.
Y el gran dilema de todos los gobiernos fue, es y será: ¿Cuándo y cómo reanudar la actividad económica? La situación es insostenible, han quebrado miles de empresas en México y el mundo. Hay millones de desempleados y se prevé que el PIB mundial caiga cerca de 15 puntos porcentuales. Habrá recesión y emergencia económica en prácticamente todos los países del mundo.
Entonces, por un lado, los gobiernos deben cuidar que no crezcan los contagios y las muertes en sus respectivos países… pero tienen que reactivar ya la economía de sus pueblos. Pero al reanudar actividades es muy probable que se disparen nuevamente contagios y fallecimientos, como de hecho ya ha ocurrido en algunos países y en Estados de la Unión Americana. Un cuento sin fin, pues.
En Puebla está ocurriendo justamente lo anterior. Empresarios y empleados mueren por regresar a sus actividades para no tener más pérdidas. Pero el Gobernador sabe que aún estamos en luz roja del semáforo y que si se reanudan actividades, lo más seguro y lógico es que los contagios se descontrolen y haya más fallecidos.
¿Qué hacer, pues? Si reabro la economía para que los empresarios ya se recuperen y se combata el desempleo… mal, porque van a aumentar los contagios. Y si no reabro la economía todo se seguirá afectando, incluidos los ingresos del Gobierno, pues reducirá su recaudación fiscal, habrá menos obras y… menos hospitales y medicamentos.
El fin de semana el Secretario de hacienda Arturo Herrera (ya recuperado de COVID19) dijo que la economía se contraerá más de lo previsto y disminuirán notablemente las participaciones federales a los Estados y Municipios. La tormenta perfecta, pues.
Y para completar este escenario catastrófico, las proyecciones del a Organización Mundial de la Salud es que la pandemia dure muchos meses más y quizás 2021 y 2022 sigamos con precauciones para evitar rebrotes (que ya están dándose en algunos países de Europa y Asia).
¿La vacuna? Aún en fase de pruebas en varios países y seguramente estará lista para inicios de 2021. Sería la única forma en que se detendrían los contagios. Y hasta entonces podría reactivarse la economía totalmente. Antes solo son paliativos temporales.
Sí, hay un mundo, un México y un Puebla antes y después de la pandemia. Todo cambió.
Y las elecciones del año entrante en nuestro país tendrán ese ingrediente adicional, para que los mexicanos refrenden su confianza a los representantes y gobiernos de MORENA o les propinen un puntual voto de castigo.
Aún NO hay nada seguro en este aspecto y quien haga predicciones hoy realmente pierde el tiempo (y solo lo hacen con fines estúpidamente propagandísticos… me refiero a la difusión de encuestas de “preferencia electoral” y “careos”, cuando hoy no es seguro ni siquiera que se celebren normalmente las votaciones).
Los críticos y opositores de los gobiernos de MORENA pregonan que “la gente ya está harta” de ellos y que perderán irremediablemente las elecciones en 2021. Pero esos críticos de por sí NO votaron por AMLO/MORENA en 2018. No tendrían por qué estar contentos ahora. Pero generalizar que “todo México” ya “está harto” de AMLO y MORENA aún habría que comprobarlo. Es realmente complicado que los más de 53 millones de mexicanos que votaron por él en 2018 ahora ya sean sus opositores. Absurdo, pues.
Y lo que también podría cambiar todo nuevamente son los escándalos de corrupción que empezarán a soltarse en los siguientes meses en México y en Puebla. Han sido meses de recopilación de expedientes y los datos que aporte Emilio Lozoya (para eso regresó) serán un golpe demoledor para priístas y panistas de gobiernos anteriores a nivel federal.
Y en Puebla la Auditoría Superior del Estado y su nueva Fiscalía Forense también darán mucho de qué hablar en próximos días con respecto a sonados casos de corrupción en tiempos del morenovallismo. Ahí podría cambiar todo nuevamente en preferencias electorales. Por eso algunos panistas no han vuelto a abrir la boca en varias semanas.
Repito, el único pronóstico electoral para el año entrante es… que no hay pronóstico. Van a pasar demasiadas cosas en los próximos meses. Con todo y la pandemia.
Es cuanto por el momento.