Por Alejandro Mondragón
La presión de un bloque de gobernadores para recurrir al endeudamiento ante la crisis del coronavirus va en aumento.
Curiosamente los gobiernos que más presionan provienen de aquellos que figuran arriba de la media en la tabla de entidades que disponen de una eficaz recaudación, cumplimiento de normas financieras y eficiencia operativa para el manejo de la deuda.
Chihuahua con Javier Corral del PAN; Baja California Sur con Carlos Mendoza Davis, de AN; y los otros panistas de Guanajuato, Diego Sinhué; Querétaro, Francisco Domínguez; Aguascalientes, Martín Orozco; y Quinta Roo con Carlos Joaquín, aparecen en la lista de gobiernos con márgenes de maniobra antes de recurrir al endeudamiento.
La Secretaría de Hacienda y el Servicio de Administración Tributaria exponen que Jalisco también forma parte de aquellas entidades, aunque su gobernador Enrique Alfaro ha solicitado préstamos para enfrentar la pandemia.
Puebla con Luis Miguel Barbosa es el segundo gobernador morenista (el primero es Rutilio Escandón de Chiapas) como ejemplo del buen manejo de las finanzas estatales por parte de gestiones emanadas de Morena.
En los próximos días arreciarán las presiones para acudir a la deuda con el pretexto de la crisis sanitaria. El fondo es comenzar a estructurar recursos con miras a las elecciones del 2021.
Saben que el punto de partida de la “nueva normalidad” que acaba con la elección intermedia del próximo año implicará asumir los dos temas eje de la campaña: salud y economía.
Está claro que la presión de los gobiernos panistas parte de usar la revisión del pacto fiscal para se les autorice contratar deuda para fines taaaan alejados de la respuesta oficial ante el coronavirus.
Lo peor es que la Federación con Andrés López Obrador están en lo suyo, a la inversión: recortar fondos a Estados para que lleguen escuálidos a la campaña electoral.
