Por Alejandro Mondragón
Ya estaban formados diputados locales y federales, además de operadores de la llamada 4T, en el Centro Expositor.
En la mano tenían sus listas de “beneficiarios” para recibir las despensas que comenzó a repartir el gobierno del Estado.
Menuda sorpresa se llevaron cuando Luis Miguel Barbosa los mandó con las cajas destempladas:
No, las despensas no tienen fines ni oportunismo políticos, les dijo.
Si quieren ayudar súmense a armar las despensas.
Y no los dejó llevar agua a su molino.
Además, Barbosa leyó la cartilla a los funcionarios responsables de canalizar los apoyos a las poblaciones vulnerables.
Nadie se pasa de listo, ni desvía un grano de nada. Quien lo haga será sancionado severamente.
La entrega de despensas se pretende canalizar a más de 700 mil familias en todo el estado. En comunidades vulnerables para abastecerlas por un mes, ante la contingencia por el coronavirus.
Los criterios de asignación partieron de los estudios de Coneval sobre la pobreza y la extrema marginación en la entidad que afecta alrededor de 3.8 millones de poblanos.
Peeeero ya los legisladores se frotaban las manos para aparecerse en sus distritos con las despensas, ahora que la mayoría pretende reelegirse.
Y se toparon con pared.
Vaya oportunismo político.