Por Karina Fernández
Las plazas que dejaron adultos mayores que se desempeñaban en el sector salud del estado y que abandonaron sus actividades para evitar el riesgo de contagio por el COVID-19 ya fueron ocupadas por profesionales que contrató el gobierno de Puebla.
De esta manera, el gobernador Miguel Barbosa Huerta dejó en claro que Puebla no tiene déficit de médicos y enfermeras en los nosocomios del estado.
Versiones extraoficiales señalaron que el 55% del personal abandonó sus actividades en los hospitales aunque el gobernador no quiso precisar cuál fue la baja de trabajadores.
No obstante dejó en claro que no fueron trabajadores jubilados sino que estaban en activo, y aunque la indicación fue que en las áreas de salud y seguridad no hubiera movimientos, se respetó la decisión que tomaron para evitar riesgos.
“No son jubilados los que tienen 60 años, son personas que hoy tienen más de 60 años que son trabajadores de la salud, que asumieron su derecho a no trabajar por los riesgos a trabajar en sus condiciones de contagio lo teneos resuelto no tenemos déficit con los programas de salud que nuestro estado tiene”, abundó.
Para evitar contagios en hospitales, informó que está en proceso la compra de dos millones de cubre bocas y medio millón de mascarillas N95 para que el personal que labora en hospitales no esté en riesgo.
A la par, el mandatario estatal anunció que el hospital inflable que el ex gobernador Antonio Gali adquirió por 25 millones de pesos sí será ocupado en la contingencia sanitaria.
Se planea ubicarlo en el estacionamiento del Hospital General de Cholula que es el principal nosocomio para atender a pacientes enfermos por el virus.
“Se va a revisar el inflable que de algo ayudará pero no le pongan tanta atención, lo pondremos en el estacionamiento del Hospital de Cholula para segregar los servicios del hospital reconvertido. No invertiría un peso en un nuevo hospital inflable”, dijo.
Barbosa Huerta negó que haya intenciones de construir un nuevo hospital para atender la emergencia sanitaria pues aceptó que Puebla dispone de infraestructura física suficiente aunque no médica, ya que fue uno de los problemas heredados por los pasados gobiernos.